En el sistema electoral jordano, 9 de los 130 escaños parlamentarios están reservados para candidatos cristianos, mientras que tres escaños están reservados para minorías étnicas de circasianos y chechenos. Los candidatos en liza eran 1717, entre ellos 368 mujeres, pero la comisión electoral confirmó que en el nuevo Parlamento habrá una menor presencia de mujeres, -de 20 a 15-, en comparación con la anterior Asamblea Parlamentaria. El sistema de cuotas reserva solo 15 escaños para mujeres y ninguna mujer ha sido elegida en otros escaños en juego en los distintos distritos electorales. El desequilibrio de género en la composición del nuevo Parlamento jordano se produce más claramente en los escaños reservados a los candidatos cristianos ya que a partir de ahora estos 9 escaños estarán ocupados solo por hombres.
Los resultados electorales garantizan el control de la mayoría de escaños a candidatos y fuerzas vinculadas a los clanes tribales que tradicionalmente apoyan al gobierno, designado por la Monarquía Hachemita.
El Frente de Acción Islámica , el partido islamista jordano vinculado a los Hermanos Musulmanes, sigue representando la principal formación de oposición antigubernamental, pero en la reciente ronda electoral obtuvo solo 10 escaños, 5 escaños menos de los que ocupaba en la anterior Asamblea parlamentaria. Según los analistas, las elecciones se desarrollaron en un clima de apatía general, marcado por la crisis económica también ligada a la gran cantidad de refugiados sirios presentes en el territorio nacional y los rebrotes de coronavirus. Según datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad, sobre una población de 10 millones de habitantes, los casos de contagio por Covid-19 han sido hasta el momento más de 126.000, con casi 1.500 víctimas mortales.
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