Kara – ¿Qué futuro hay para la misión en África después de la pandemia? ¿Será necesario volver a las actividades y proyectos misioneros realizados hasta la interrupción causada por la epidemia mundial o reiniciar una actividad misionera renovada en sus paradigmas basados en las consecuencias de esta crisis de salud? Es la pregunta fundamental que plantea, en una conversación con Fides, el padre Donald Zagore, teólogo de la Sociedad para las Misiones Africanas, en un momento en que muchos países africanos viven el confinamiento.
“La crisis sanitaria ha resaltado la fragilidad y las limitaciones de nuestros enfoques misioneros y pastorales hoy. Sería más prudente repensar la actividad misionera y sus paradigmas sobre la base de la dolorosa experiencia de la crisis de salud y sus consecuencias para reinventarla y hacerla aún más rica".
“Hasta ahora, continúa Zagore, hemos desarrollado un enfoque misionero excesivamente sacramental, a expensas de una política pastoral misionera construida concretamente sobre la Palabra de Dios. Nuestros cristianos se han sentido perdidos cuando el sistema pastoral sacramental ha colapsado debido a la pandemia. Sin embargo, lo que ha permanecido y permanece es la Palabra de Dios. Sería necesario trabajar para la formación de cristianos bien arraigados en la vida sacramental, pero sobre todo imbuidos de la Palabra de Dios. Nuestras actividades pastorales y misioneras diarias - insiste el sacerdote - se han enfocado para construir y consolidar el principio de la Iglesia como una gran familia de cristianos. Nuestras iglesias siempre han estado llenas. Ahora, con la crisis sanitaria, ¿cuántos han logrado mantener una fe dinámica fuera de las grandes reuniones a las que estábamos acostumbrados? Para continuar con la realidad de la Iglesia como una gran familia de cristianos, tendremos que trabajar para desarrollar el principio de las familias como iglesia doméstica, para que los fieles no solo se limiten a orar en público, en masa, sino también en familia, en pequeños grupos".
“Además en África - agrega el misionero -, el factor económico contribuye a agravar la situación. Muchas de nuestras iglesias dependen de las ayudas. Por lo tanto, debemos trabajar para repensar seriamente la creación de iglesias capaces de ser autosuficientes. Cuidar de la Iglesia es sin duda un deber de los cristianos, pero no debería convertirse en una carga para los cristianos, especialmente en un continente como África, donde la precariedad de muchos sectores, salud, política, militar, contribuye a empobrecer aún más a las poblaciones”.
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