Kuching – Durante el bloqueo nacional para contener la propagación de Covid-19 que todavía está en vigor, muchas iglesias en Malasia están ofreciendo ayuda y servicios para los migrantes.
El Movement Control Order , establecido el 18 de marzo por la nación para contener la pandemia, llegó por sorpresa para muchos sobre todo por la duración del bloqueo. De hecho, se ha extendido y se espera que finalice provisionalmente el 9 de junio.
“El bloqueo también ha causado una crisis humanitaria en términos de pérdida de empleos y escasez de alimentos entre los trabajadores informales a quienes se les paga un jornal diario. Desafortunadamente, la mayoría de estos jornaleros son inmigrantes extranjeros", escribe a la Agencia Fides el sacerdote jesuita padre Alvin Ng. "La Oficina que se ocupa del cuidado pastoral de los migrantes está trabajando para proporcionar ayuda alimentaria a los migrantes extranjeros", continua el p. Ng.
Según el jesuita, las personas tienen dificultades para sobrevivir, el bloqueo ha resultado ser desastroso para muchos migrantes que, en primer lugar, no han podido regresar a sus hogares debido al cierre de las fronteras del país y, en segundo lugar, no han podido tampoco salir de su barrio marginal para comprar comida por falta de dinero y por temor a ser detenidos por las autoridades en los controles de carretera.
Algunos de los empleadores han proporcionado raciones de comida a sus trabajadores, pero se han terminado muy pronto.
Varias comunidades de migrantes se encuentran en áreas remotas, sin tiendas o lugares donde poder abastecerse de artículos para cubrir sus necesidades básicas. Además - agrega el sacerdote -, como extranjeros, ni siquiera tienen derecho a la asistencia del gobierno. En resumen, su situación está empeorando notablemente.
Para responder a las solicitudes de ayuda de las comunidades dentro de la ciudad y la gran área de Kuching, la Oficina de Atención Pastoral de Migrantes de la Arquidiócesis de Kuching, después de recopilar datos sobre el número de migrantes, su ubicación y los tipos de ayuda necesarios, ha comenzado la distribución de ayuda alimentaria.
El apoyo inmediato del arzobispo de la arquidiócesis, Mons. Simon Poh Hoon Seng, ha sido fundamental. Él mismo presentó una solicitud formal al Departamento de Bienestar y a la Policía del Estado para distribuir ayuda alimentaria durante el bloqueo. Con los subsidios de la arquidiócesis y generosas contribuciones de los feligreses, un equipo de voluntarios, respetando las disposiciones de seguridad, se reunió para cargar algunas camionetas con alimentos preparados por algunos supermercados. Durante tres días , el convoy de ayuda alimentaria viajó por toda la ciudad, incluidos las periferias, hasta el distrito de Samarahan y Bau. En total, 525 migrantes recibieron 445 paquetes de alimentos para resistir dos semanas. Algunos también recibieron pequeños subsidios en dinero efectivo y leche en polvo para familias con niños pequeños.
La Oficina de Pastoral de Migrantes es consciente del hecho de que esta es solo una pequeña parte de los hermanos y hermanas que continúan necesitando ayuda. Se necesita el compromiso conjunto de todas las agencias de ayuda, de los grupos eclesiales, las ONG, y otros grupos religiosos y laicos, en colaboración con el gobierno y entre ellos, para asegurar que al final se llegue a la mayor cantidad de migrantes posible.
“Ya sean locales o extranjeros, todos son el rostro de Cristo a quien todos estamos llamados a servir. Comenzando por una oración y un pensamiento por ellos, se puede pasar después a la ayuda financiera y a ofrecer un vaso de agua en nombre de Dios" ha dicho el padre Ng.
Publicar un comentario