Lahore - El Santísimo Sacramento llevado por las calles de los barrios, para bendecir las casas; las misas en urdu seguidas online por los fieles también en otras partes del mundo; la Eucaristía distribuida "puerta a puerta" a los feligreses: de esta manera, la Iglesia en Pakistán trata de cuidar la vida espiritual del pueblo de Dios en tiempos de crisis, mientras que todas las asambleas siguen prohibidas por la pandemia.
“Para salvarnos de la pandemia mundial de Covid-19, tenemos dos tareas. La primera es salvar a las personas y proteger su salud; la segunda es proteger y fortalecer la fe. La persona puede salvarse observando medidas como el distanciamiento social y el lockdown; la fe se fortalece al continuar participando en la misa y oraciones online": lo dice a la Agencia Fides el arzobispo Sebastian Francis Shaw, al frente de la diócesis de Lahore, quien celebra diariamente una misa retransmitida online para los fieles de Pakistán en Facebook, y en la televisión católica diocesana, mientras que en Pakistán el confinamiento continúa para contener la propagación del coronavirus. El arzobispo Sebastián también ha dicho: "Tratamos de cumplir con nuestra responsabilidad de observar la distancia social y evitar visitar a familiares y amigos", pero "mantenemos la relación espiritual y el ayudarnos mutuamente".
En la Arquidiócesis de Karachi, los sacerdotes católicos también salen periódicamente para mostrar su cercanía a los fieles y fortalecer su fe. Anthony Abraz, párroco de la Parroquia de Santo Tomás en Karachi ha recorrido los barrios donde viven la mayoría de los fieles cristianos, con la custodia con el Santísimo Sacramento para bendecir a la gente y satisfacer la necesidad espiritual de los fieles. Hablando con Fides el p. Anthony comenta: “Mientras el bloqueo por el Covid-19 siga, las personas tienen necesidades materiales y espirituales. La Iglesia está realizando muchas iniciativas de caridad para distribuir alimentos. Pero, también sintiendo la sed espiritual de las personas, decidimos salir a las calles llevando el Santísimo Sacramento. La gente se detenía frente a las puertas principales o balcones para adorar y venerar al Señor presente en la Eucaristía y para recibir la bendición eucarística". El padre Anthony también informa: "No podemos reunirnos, pero con este enfoque pastoral especial vamos a los diferentes vecindarios para recordar que Dios está con nosotros y no nos abandona. Vemos tanta alegría entre las personas que se sienten consoladas en este momento difícil".
El padre Noman Noel, sacerdote de la parroquia de St. James en Karachi, que celebra una misa online todos los días, dice a Fides: “Después de discutir con nuestro grupo pastoral de la parroquia, nosotros, los 4 sacerdotes de la parroquia, decidimos ir a las áreas del nuestra comunidad cristiana para distribuir la Sagrada Comunión. Tomando las precauciones necesarias, visitamos a las personas puerta a puerta para distribuir la Eucaristía: fue una señal poderosa de que Dios viene a visitar a su gente". El p. Noman observa: "Esto ha traído alegría y felicidad. He visto personas llorando. Me sorprendió la respuesta de la gente y el amor por la Eucaristía. Esperamos y rezamos para que este momento de prueba pase pronto. Siguiendo las reglas y el distanciamiento nos gustaría distribuir la Sagrada Comunión una vez al mes para nuestros feligreses".
El padre Aamir Bhatti, sacerdote y administrados delegado de la "Good News Catholic Web TV", hablando con Fides, informa: "Estamos transmitiendo en directo la Santa Misa en Urdu todos los días a la que se conectan más de 1.000 personas también desde otras partes del mundo. Antes de la celebración se leen las intenciones de oración enviadas por los fieles y la misa se celebra especialmente por tales intenciones".
El arzobispo Joseph Arshad de la diócesis de Islamabad-Rawalpindi también organiza la adoración eucarística para rezar por la liberación del mundo del coronavirus. En declaraciones a Fides, el Arzobispo dice: "En este momento crítico para la humanidad, oremos sin descanso y unámonos todos en oración para que la gracia de la curación de Dios sea una fuerza poderosa para nuestra comunidad y para toda la humanidad".
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