“Hago un llamamiento a todos los hermanos y hermanas cristianos, y a otras religiones, para que no lastimen a un solo musulmán porque son nuestros hermanos, porque son parte de nuestra sociedad”, asegura el cardenal Ranjith, quien llama a “crear un espíritu de comprensión y buenas relaciones entre todas las comunidades de Sri Lanka”, como también reiteró en un mensaje de video transmitido en todos los canales de televisión, instando a cristianos, budistas y musulmanes a mostrar moderación y tolerancia.
El cardenal visitó Negombo, se reunió con líderes musulmanes en una mezquita y pidió al gobierno que proteja “la seguridad en la ciudad donde hay una importante comunidad católica que hace que la ciudad sea conocida como la pequeña Roma”. Negombo sufrió el mayor número de víctimas en los ataques del domingo de Pascua que fueron reivindicados por el Estado Islámico. La bomba en San Sebastián mató a más de 100 fieles católicos. El estado de emergencia continúa en el país y las medidas de seguridad siguen siendo elevadas. Las escuelas estatales reanudaron las clases el lunes 6 de mayo. Las escuelas católicas en Colombo y la provincia permanecieron cerradas durante una semana.
Un foro de sacerdotes, religiosos, grupos de la sociedad civil y miembros de otras comunidades religiosas escribió una carta abierta al Presidente, al Primer Ministro, a los miembros del Consejo de Ministros y a los miembros del Parlamento sobre la situación en Sri Lanka. El texto de la carta enviada a Fides, dice: “Nuestro objetivo común era promover los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de la población mediante la promoción de la paz, la armonía y la justicia social para todos. En el pasado nos comprometidos de manera constructiva con todos los gobiernos y continuaremos haciéndolo hoy. Nos sorprende esta carnicería en Sri Lanka. Nuestra solidaridad se dirige a las víctimas y sus familias y a nuestro amado país. Instamos al gobierno a descubrir la verdad y encontrar a los perpetradores y sus aliados, respetando los derechos humanos”.
La sociedad civil en Sri Lanka ofrece asistencia a través de sus amplias redes de organizaciones comunitarias comprometidas con la promoción de la paz y la unidad nacional. Estas redes pueden compartir información y, dada su presencia generalizada en el territorio, ayudar a prevenir los problemas de la comunidad que puedan surgir.
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