Bangui - “No tengo ni idea. En nuestras zonas no se realizan asesinatos rituales”, asegura monseñor Juan José Aguirre, obispo de Bangassou, a quien Fides ha pedido más detalles sobre el asesinato de la hermana Inés Nieves Sancho, la monja española de 77 años de edad de la comunidad local de las Hijas de Jesús, asesinada en las primeras horas del 20 de mayo, en la aldea de Nola, cerca de Berberati, en el suroeste de la República Centroafricana, en la frontera con Camerún.
“Estoy a mil millas de la Nola. Llamé al obispo del lugar y al Superior Provincial y no me dijeron mucho más de lo que ya se había publicado”, asegura monseñor Aguirre, a quien le preguntamos si creía la noticia de que los asesinos después de decapitar a la monja, habrían reservado parte del cuerpo para ritos tribales. “Nos dicen que en las zonas de la República Centroafricana en la frontera con Camerún, hay cameruneses que practican asesinatos rituales para extraer órganos que se usarán en ritos propiciatorios para obtener suerte en la búsqueda de diamantes, una de las riquezas de la zona”, explica monseñor Aguirre que reitera que “aquí en Bangassou esto no sucede”.
La hermana Inés Nieves Sancho, a pesar de su edad, continuó sirviendo en Nola donde daba a las niñas lecciones de costura. Fue precisamente en una de esas salas de costura donde fue asesinada.
Esta mañana de 22 de mayo, el Papa Francisco durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro ha recordado a la misionera asesinada: “Quisiera recordar hoy a la hermana Ines, de 77 años, educadora de niñas pobres durante décadas, asesinada de manera bárbara en República Centroafricana, precisamente en el lugar donde enseñaba a coser, una mujer más que da su vida por Jesús al servicio de los pobres”, subrayó el Santo Padre.
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