Apatzingán - "Ante la situación de violencia que día a día se manifiesta de diferentes maneras en nuestra tierra, siento la necesidad, como pastor de esta querida diócesis de Apatzingán, de alzar mi voz para denunciar esta realidad que desgarra la vida cotidiana, hiriendo a nuestra sociedad, a nuestras familias y a cada persona en lo más profundo de su dignidad de hijos de Dios y hermanos". Así comienza el mensaje de monseñor Cristóbal Ascencio García, obispo de la diócesis mexicana de Apatzingán, que se difundió recientemene y llegó a la Agencia Fides. La diócesis, sufragánea de la arquidiócesis de Morelia, comprende parte del estado de Michoacán, en la parte central del país; y en los últimos tiempos se ha hecho conocido por la fuerte presencia de carteles de la droga y la violencia de los enfrentamientos entre bandas criminales.
"La máquina que destruye la paz sigue funcionando", dijo el obispo, recordando los violentos sucesos ocurridos en varios municipios. Una de los más graves es aquel de San José de Chila, que tuvo lugar el 19 de marzo y que despertó una gran indignación: "Esta comunidad ha sido víctima de violentos enfrentamientos entre grupos criminales organizados. Las estructuras de la iglesia y de la casa parroquial fueron el escenario del enfrentamiento de estos grupos opuestos, dejando huellas de violencia en todo el edificio, así como de saqueos".
Mons. García denunció que, lamentablemente, la violencia no cesa, "los enfrentamientos continúan en diferentes comunidades, provocando pánico y desplazamiento de muchos de sus habitantes. Algunas de estas pequeñas comunidades han quedado prácticamente sin familias, dentro de un mismo municipio la gente no puede ir de una comunidad a otra, hay robos de vehículos con violencia, asesinatos, amenazas e incluso incendios de casas".
"Creo que estos crímenes y pecados que claman al cielo y que a menudo no son escuchados por los que deben garantizar la seguridad, deben ser denunciados", escribió el obispo, citando al profeta Isaías , que habla a la gente para hacerles tomar conciencia de las situaciones, causadas en gran parte por alejarse de los mandamientos de Dios. "Junto con la invitación que he hecho y que haré a los creyentes para que vivan auténticamente nuestra fe y nos hagamos todos instrumentos de paz, hago un llamado urgente, especialmente a las autoridades, cuya tarea principal es garantizar las condiciones de seguridad, para que hagan todos los esfuerzos y utilicen los medios necesarios para que se garanticen las condiciones de seguridad necesarias y para que estos acontecimientos no se repitan".
Finalmente, monseñor Cristóbal Ascencio García señaló que espera que, al final de la Cuaresma, nos dejemos reconciliar por el amor de Dios y oremos por quienes provocan violencia y muerte. "Agradecido por su atención a esta denuncia, le pido a Cristo, príncipe de la paz, que haga pronto realidad para nuestro pueblo la paz y la seguridad que tanto deseamos".
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