ASIA/TURKMENISTÁN - La comunidad católica se prepara para vivir la Semana Santa

Agenzia Fides Ashgabat - “Estamos trabajando para planificar todos los eventos de la Semana Santa y pasar una santa Pascua. La Pascua es para nosotros, un pequeño rebaño de fieles católicos en esta tierra, una oportunidad para ser testigos de nuestra fe. El Domingo de Ramos haremos una procesión pública de todos los miembros de nuestra comunidad. Solemos representar la entrada de Cristo a Jerusalén, con la participación de tantas personas que, al paso de Jesús, arrojan a sus pies algunas ramos o flores”. Así lo explica a la Agencia Fides el padre Andrzej Madej, sacerdote polaco de los Oblatos de María Inmaculada y Superior de la Missio sui iuris de Turkmenistán.

El oblato está reorganizando las actividades de la comunidad católica local, después de un largo período de ausencia por razones institucionales. “Regresé de Indonesia hace solo unos días. En Yakarta en las últimas semanas, tuvo lugar una importante reunión de los Oblatos en la que participé. Cada año nuestro Superior General y su Consejo visitan un continente y reúnen a todos los miembros de nuestra congregación presente en esa zona geográfica. Cada seis años tenemos que acudir a este encuentro. Además de mí, que representaba la obra de los Oblatos de María Inmaculada en Turkmenistán, estaban presentes todos los cohermanos de los 14 países de Asia en los que está presente la congregación”.

El largo viaje del padre Madej comenzó el pasado febrero: los oblatos habían llegado a Roma para asistir a la reunión sobre la protección de menores en la Iglesia y para la visita ad limina de los Obispos de Asia Central, celebrada del 25 de febrero al 4 de marzo. A esta cita le siguió la de Yakarta.

La comunidad católica turcomana está formada por unos 250 fieles que se reúnen en la capilla de la Transfiguración del Señor, en la capital Ashgabat. Encabezando este pequeño grupo están dos sacerdotes oblatos de María Inmaculada, mientras que un tercer sacerdote debería unirse a la misión el próximo julio. La iglesia católica local renació en 1997 cuando Juan Pablo II estableció la Missio sui iuris local. Durante trece años, la presencia de los Oblatos fue admitida solo como “representación de la Embajada del Vaticano”. Al principio nos reuníamos en casas particulares y la misa se celebraba en el territorio diplomático de la Nunciatura Apostólica de Ashgabat. En 2010 el gobierno turcomano reconoció oficialmente la presencia católica.
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