Karachi - “El Año de la los jóvenes en Pakistán será un momento para alimentar nuestro futuro, cuidar a los jóvenes, escucharlos y acompañarlos en su viaje de fe y de crecimiento en la santidad”. Es lo que aseguró el obispo Samson Shukardin durante una reunión de la Comisión para los jóvenes de la Conferencia Episcopal de Pakistán celebrada ayer, 4 de abril, en la catedral de San Patricio, en Karachi. La reunión de la Comisión tuvo lugar una semana después de que la Conferencia Episcopal de Pakistán anunciara que el 2020 será el “Año de los jóvenes”. El obispo Samson Shukardin, que participó en el Sínodo sobre los jóvenes celebrado en el Vaticano el otoño pasado, explicó: “Nuestra misión es ayudar a los jóvenes a crecer en su fe y a vivir una vida feliz. Nos inspiramos en Jesús que caminó, compartió y acompañó a los discípulos de Emaús”.
Se ha creado además un comité para planificar las distintas iniciativas del Año de los jóvenes, que comenzará en la fiesta de Cristo Rey de 2019 y finalizará en la misma festividad de 2020. El tema elegido es el verso bíblico “Aquí estoy, envíame” , elegido precisamente a la luz del Sínodo de los jóvenes de 2018.
Hablando con la Agencia Fides, monseñor Samson Shukardin indica que “el tema establecido para el Año de los jóvenes quiere ayudar a los jóvenes a reconocer, discernir y vivir su vocación misionera, a servir a la Iglesia como sacerdotes, religiosos y laicos”. El obispo observa: “Los jóvenes necesitan un padre espiritual, ya que se necesitan pastores y líderes laicos para trabajar con ellos, se necesita a quienes pueden acompañarlos y ayudarlos a superar los desafíos que enfrentan en su vida diaria”.
El obispo concluye: “Debemos empoderar e involucrar a los jóvenes en la Iglesia al darles responsabilidad, confiar en ellos y formarlos para difundir la Palabra de Dios y los valores cristianos también a través de los medios de comunicación, la música, las artes, los juegos y el deporte”. El comité organizará eventos en todas las diócesis de Pakistán, incluyendo seminarios sobre el documento final del Sínodo “Christus Vivit”.
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