Sydney - “Ataques como este siempre son algo atroz pero más aún cuando el objetivo son los fieles que celebran la Resurrección. No sabemos quién planificó las explosiones o cuál podría haber sido la razón. Pero queremos subrayar que, sea quien sea el responsable, este ataque es demoníaco en su planificación y ejecución. También sabemos que actos de violencia como estos no tendrán la última palabra. Esto es lo que nos enseña la Pascua”. Es lo que señala en una nota enviada a la Agencia Fides, el arzobispo Mark Coleridge, presidente de la Conferencia Episcopal de Australia tras los atentados suicidas que azotaron Sri Lanka los días 21 y 22 de abril de 2019.
En la nota, el arzobispo Coleridge expresó su voluntad de ponerse en contacto lo antes posible con los líderes de la Iglesia local para expresarles la cercanía y las oraciones de la Iglesia Católica Australiana: “Nuestra comunidad tratará de apoyar a los fieles de Sri Lanka en todas las formas posibles”.
El obispo de Townsville, monseñor Tim Harris también expresa así su solidaridad: “Lloramos a los muertos, sabiendo que el dolor del Viernes Santo continúa. Oramos por sus familias, por sus amigos y por todos aquellos que han resultado heridos y nos comprometemos a brindarles todo el apoyo posible. Queremos alejar todos los deseos de venganza y, junto con nuestros amigos budistas y musulmanes, rechazamos completamente la idea de que la violencia tiene un papel en nuestra llamada religiosa. Rezamos por la justicia y para que haya un proceso justo para los acusados de estos crímenes, sobre todo, para que se arrepientan. Rezamos también por el fin de la violencia y la vuelta de la paz a Sri Lanka. Que el amor de Dios esté con todos los que sufren”.
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