Yakarta - “Nuestra posición es clara: como ciudadanos indonesios, los católicos viven las elecciones y participan en la política en un sentido amplio. Esperamos que se respete un proceso legal y transparente en la campaña electoral y durante las elecciones, buscando discernimiento de los temas y candidatos, en la perspectiva de la buena gobernanza y el bien común del país”. Es lo que explica a la Agencia Fides el padre PC. Siswantoko, Secretario Ejecutivo de la Comisión para el Apostolado de los Laicos en la Conferencia Episcopal de Indonesia, mientras el país se prepara para las elecciones del 14 de abril cuando será elegido el nuevo presidente y el Parlamento de 575 escaños, además de varias asambleas regionales. “La Iglesia católica juzga con el gobierno y la acción del Parlamento a partir de su patrimonio de valores evangélicos y de su doctrina social, sin apoyar directamente a ningún partido y sin participar en la contienda electoral”, resume.
Pero esto, dice el secretario, no significa desentenderse: “El campo político debe ser un campo de apostolado, en el que los católicos, con un compromiso político activo y directo o como activistas de la sociedad civil, puedan contribuir aportando su visión del bien común, proponiendo una perspectiva con la cual abordar las diversas cuestiones sociopolíticas, que es la perspectiva de la centralidad de la persona y de la dignidad humana en beneficio de todas las personas y de toda la nación indonesia”.
“La Conferencia Episcopal de Indonesia - aclara el sacerdote - considera la política como una cosa buena, como la forma más elevada de caridad ya que su naturaleza original es la de contribuir y construir el bien común. Por eso en la política es necesaria también la contribución de los católicos con su herencia de valores de honestidad, transparencia, solidaridad y respeto por los derechos humanos”.
Por eso, el padre P.C. Siswantoko alienta a los 151 católicos presentes en las listas electorales y concluye: “Como cristianos estamos llamados a participar en política. No podemos ignorar la oportunidad de ejercer nuestros derechos civiles en la sociedad. Las elecciones representan uno de los momentos en los que demostrar nuestro compromiso de convertirnos en la sal y la luz del mundo. No es fácil porque el principal desafío para los católicos laicos de hoy es involucrarse y estar dispuestos a abandonar su zona de confort. Como católicos somos menos de 10 millones de personas entre unos 270 millones de habitantes, la gran mayoría musulmanes. Por eso, las elecciones representan para nosotros un momento en el que podemos demostrar nuestra responsabilidad social y también nuestro amor por la nación”.
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