Ciudad de México – “¿Qué hace hoy la Iglesia Católica en México en favor de la dignidad de la persona humana y los derechos que se derivan de ella?” Esta y otras preguntas las ha planteado monseñor Alfonso Miranda Guardiola, Obispo auxiliar de Monterrey y secretario general de la Conferencia Episcopal Mexicana , en su discurso ante la Cámara de Diputados de México.
El obispo aceptó la invitación de la Comisión de Derechos Humanos. En su presentación, enviada a Fides, identificó en primer lugar los elementos fundamentales para entender la relación entre la Iglesia Católica y el compromiso con la defensa de los derechos humanos. Indicó cuáles son los retos actuales a la luz del magisterio pontificio. Analizando la realidad mexicana, recordó que, según el Observatorio Nacional de la CEM, hay 20 Centros que trabajan por los Derechos Humanos que operan en los Estados de México, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Oaxaca, Sonora, Tamaulipas, Tabasco, Tlaxcala y Quintana Roo.
Estos Centros para la promoción y defensa de los derechos humanos forman parte de las 2.466 obras sociales de la Iglesia Católica en México, que incluyen 35 centros de recepción y acogida para víctimas de violencia, 119 hogares para migrantes, 34 centros para niños y mujeres que viven en situaciones de calle, 8 centros de atención a familiares de personas desaparecidas, 97 grupos de compromiso para presos y presas… “Miles de laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes colaboran diariamente para que este gran trabajo social de la Iglesia se convierta en Amor y justicia en acción”, señaló el obispo.
El Secretario de la CEM recordó que, como recoge el Proyecto Pastoral Global, entre las opciones identificadas por los obispos mexicanos, surgen diferentes compromisos pastorales que muestran una transversalidad de la prioridad que son para la Iglesia la defensa y la promoción de los derechos humanos. Estos compromisos son: 1. Crear espacios para reunirse, dialogar y trabajar con otros agentes de la sociedad para colaborar en la reconstrucción de la dignidad de las personas y el tejido social del país. 2. Discutir y colaborar con la sociedad civil y las organizaciones nacionales e internacionales para construir la paz. 3. Apoyar la creación de centros por los derechos humanos en las comunidades cristianas para fortalecer el estado de derecho. 4. Acoger con caridad, acompañando, defendiendo los derechos e integrando a los migrantes que transitan o desean permanecer en México. 5. Promover el liderazgo de las mujeres y una mayor participación de las mujeres en la vida de la Iglesia de acuerdo con el respeto de su dignidad. 6. Identificar y acompañar a los grupos vulnerables de la sociedad. 7. Crear centros de apoyo para el desarrollo integral de las personas, impulsando la promoción económica a través del trabajo comunitario y solidario.
“Estos compromisos pastorales que están operativos en las 95 diócesis de nuestro país, representan un compromiso para fortalecer, diversificar y hacer crecer el trabajo social de la Iglesia que promueve y defiende la dignidad humana”, concluyó el obispo. “No es una tarea fácil y ni mucho menos inmediata. Requiere motivación constante, liderazgo, seguimiento y sinergia con las diversas instituciones, ya que muchas trabajan para la persona, su dignidad y sus derechos”. Finalmente, monseñor Miranda Guardiola reiteró: “La Iglesia Católica será fiel a Jesucristo y a su Evangelio si, y solo si, se compromete cada día más en defender la dignidad y los derechos de todos los seres humanos”.
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