ASIA/SRI LANKA - El cardenal Ranjith: “Un ataque vil contra las iglesias y contra el país”

Agenzia Fides Colombo – Los cristianos de Sri Lanka están en shock después de los ataques de Pascua. El arzobispo de Colombo, el cardenal Albert Malcolm Ranjith, condenó los ataques mortales contra iglesias y hoteles de lujo el domingo de Pascua en una serie de ocho explosiones que causaron al menos 290 muertes y dejaron más de 500 personas heridas.

La policía reconoce que ha sido el peor ataque que ha sufrido la isla desde que terminara la guerra civil en 2009. El cardenal Ranjit instó a los habitantes de Sri Lanka a que no “tomen la justicia por su mano” después de estos ataques que han herido la nación. La policía había detenido el lunes al menos a 24 personas. El gobierno atribuye los ataques a Thowheeth Jama'ath, un grupo terrorista islamista local.

Según el jefe de la policía de Sri Lanka, Pujuth Jayasundara emitió una alerta de inteligencia a los oficiales superiores hace 10 días, advirtiendo de la inminencia de atacantes suicidas planeaban atacar “iglesias importantes”. “Una agencia de inteligencia extranjera informó que el NTJ estaba planeando llevar a cabo ataques suicidas contra iglesias”, indicó. El NTJ es un grupo musulmán radical de Sri Lanka vinculado a la destrucción de las estatuas budistas el año pasado. El primer ministro, Ranil Wickremesing, reconoció que se contaba con información sobre posibles ataques y que una investigación examinará “porque no se han tomado las precauciones adecuadas”.

“Condenamos este acto que ha causado tanta muerte y sufrimiento”, explicó a Fides el cardenal que también invitó a acudir a donar sangre para ayudar a los heridos y a rezar por su pronta recuperación. “Es tan triste, tan trágico e impactante. El ataque cobarde se dirigió principalmente contra cristianos en iglesias y después en hoteles. Estamos profundamente entristecidos por quienes perdieron la vida. Rezamos por cada uno de ellos”, explicó el cardenal.

Una de las explosiones golpeó el Santuario católico de San Antonio, una iglesia católica en el área de Kochcikade, en Colombo, un punto de referencia turística. Una segunda explosión afectó a la iglesia de San Sebastián durante la misa de Pascua. Las fotos del lugar mostraban cuerpos en el suelo, sangre en los bancos de la iglesia y el techo destruido.

Inmediatamente después de las dos primeras explosiones, la policía confirmó que la iglesia de Sion, en la ciudad de Batticaloa, en la costa este, también había sido atacada junto con tres hoteles de lujo en la capital: Cinnamon Grand, Shangri-La y Kingsbury. Más tarde, dos personas murieron en un hotel en el sur de Colombo, y un atacante suicida mató a tres policías mientras irrumpían en una casa en el suburbio norte de la ciudad.

Se teme que los ataques pudieran desencadenar una nueva violencia intercomunitaria, ya que la policía informó de un ataque con cócteles Molotov en una mezquita del noroeste a última hora de la noche y ataques incendiarios contra dos tiendas de propiedad musulmana en el oeste.

El presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia , Charles Cardinal Maung Bo, arzobispo de Yangon, Myanmar, envió un mensaje de solidaridad y condolencias al Cardenal Ranjith después de los ataques que sacudieron a la isla. En la carta, que recoge la Agencia Fides, el cardenal Bo escribe: “Permítame expresar mi sincera angustia ante esta tragedia que ha puesto a prueba a millones de vidas humanas inocentes el mismo día que celebramos la victoria de la vida y el bien sobre la muerte y la maldad”. El cardenal de Myanmar ofreció su apoyo fraternal diciendo: “Mientras ofrezco mis humildes oraciones por todas las víctimas de esta violencia sin sentido, también oro por los equipos de rescate”.

“Debemos implorar al Señor misericordioso resucitado, el Príncipe de la esperanza y la paz, que dé fuerza a todas las personas de buena voluntad para que puedan contribuir a tranquilizar el miedo y la sospecha que puedan haber surgido tras las explosiones”, indica el cardenal. El jefe de las 19 Conferencias Episcopales de Asia concluye su carta diciendo: “También hago extensibles estas oraciones de parte de los hermanos obispos y fieles de todos los países miembros de la FABC”.

En los años posteriores al final de la guerra civil de Sri Lanka, que terminó en 2009, ha habido cierta violencia esporádica, con miembros de la comunidad budista atacando mezquitas y propiedades de los ciudadanos musulmanes; una situación que provocó el emergencia declarado en marzo. 2018.
El gobierno de Sri Lanka impuso un toque de queda nacional después de las explosiones que causaron más de 500 heridos. El toque de queda se levantó el lunes, pero las escuelas y las universidades cerraron lunes y martes. Soldados armados con armas automáticas montan guardia fuera de los grandes hoteles y están presentes también en el World Trade Center en el distrito de negocios. Una bomba casera fue descubierta y desactivada en el principal aeropuerto de Colombo.

La mayoría de muertos o heridos son ciudadanos de Sri Lanka aunque también habría al menos 35 extranjeros entre las víctimas: españoles, británicos, estadounidenses, turcos, indios, chinos, daneses, holandeses, portugueses y japoneses. “Si bien nueve extranjeros han sido declarados desaparecidos, hay 25 cuerpos no identificados que se consideran de extranjeros”, explicó el ministro de Relaciones Exteriores de Sri Lanka. El acceso a las redes sociales, como Facebook y WhatsApp también está bajo control para limitar las fake news que se están extendiendo por todo el país.

El budismo theravada es la religión mayoritaria en Sri Lanka y representa aproximadamente el 70,2% de la población, según el censo más reciente. Es la religión de la mayoría cingalesa en Sri Lanka. Los hindúes y los musulmanes constituyen el 12,6% y el 9,7% de la población, respectivamente. Sri Lanka es también el hogar de aproximadamente 1,5 millones de cristianos, según el censo de 2012, la gran mayoría de ellos son católicos de rito romano. La pequeña minoría cristiana de Sri Lanka, aproximadamente el 7% de la población de 21 millones, ha sido víctima de algunos episodios esporádicos de violencia en el pasado, pero nunca con un efecto tan brutal.

El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, aseguró que “hasta ahora los nombres que han surgido son locales”, pero los investigadores deberían verificar si los atacantes tenían “conexiones en el extranjero”. La policía está investigando si hubo kamikazes involucrados en todas las explosiones. Ruwan Wijewardene, ministro de Defensa del Estado de Sri Lanka, dijo que el Departamento de Investigación Criminal del país está trabajando con la policía y el ejército para investigar los ataques.

La violencia étnica y religiosa ha afectado a Sri Lanka durante décadas con un conflicto de 37 años con los rebeldes tamiles, seguido de un resurgimiento en los últimos años de enfrentamientos entre la mayoría budista y los musulmanes. La comunidad cristiana había permanecido relativamente al margen hasta el momento.

“Condenamos estos actos violentos. La violencia de cualquier tipo no es aceptable. No tiene cabida en nuestro mundo de hoy. Pedimos a todos que mantengan la paz y la armonía y aseguren que tales actos “no se repiten en ninguna parte y contra nadie. En esta semana de Pascua rezamos por la recuperación de los heridos por que la justicia, la verdad, el amor y la paz puedan reinar en los corazones y las mentes de todos los hombres y mujeres”, explicó a Fides Jeevani Pereiera, un joven cristiano de Sri Lanka. “Nunca habíamos visto antes una violencia de esta naturaleza. Todos estamos en estado de shock y con miedo”, añadió.


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