Managua – "Queridos hermanos, no nos dejemos llevar por las provocaciones de algunas personas que hablan en los medios de comunicación, que nos invitan a reunirnos nuevamente en la Catedral, como si la Catedral fuera un lugar de protesta o un instrumento político, este no es el caso. La catedral es la casa de Dios y es el hogar de todos los cristianos bautizados": estas son las palabras pronunciadas ayer, domingo 4 de noviembre, por el rector de la catedral de Managua, el padre Luis Herrera, durante la misa principal
El sacerdote informó a los fieles de la disposición adoptada por la Iglesia católica nicaragüense de "no protestar dentro de las iglesias" e instó a los fieles a no confundirse con las provocaciones de ciertos grupos violentos del régimen de Ortega, que habían amenazado con "recuperarse" La Catedral porque "ellos también son católicos", como leemos en un comunicado.
Debido a la prohibición de la policía de protestar en las calles, en las últimas dos semanas los nicaragüenses han encontrado en las iglesias católicas un lugar seguro para expresar sus peticiones: después de escuchar las homilías, pueden levantar la bandera azul y blanca y pedir justicia y libertad para Nicaragua.
El padre Herrera explicó: "Está claro que venimos aquí a orar. Como catedral nunca hemos convocado una misa de protesta porque no existe, la Eucaristía no sirve para protestar. En la misa no venimos a protestar ni a gritar. La Eucaristía es oración, es celebrar el misterio de Dios, para implorar la misericordia de Dios y también para orar para pedir al Señor la paz para Nicaragua".
El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, en su comentario del domingo por la tarde, confirmó la disposición sobre la prohibición de usar iglesias para protestar y explicó que "nuestros templos no son lugares políticos ni para hacer política. Para protestar la población debe buscar otros lugares y respetar la función de cada lugar". Al final de la misa, un grupo de fieles, portando banderas azules y blancas, se fueron cantando y gritando "Libertad, justicia para Nicaragua".
Según la nota de una fuente local recibida por la Agencia Fides, la semana pasada la población había plantado cruces en la rotonda principal de Managua, cada una de las cuales tenía escrito el nombre de un joven muerto durante los enfrentamientos de los últimos meses. Sin embargo, la policía había confiscado las cruces y la gente las había plantado nuevamente en el jardín de la catedral de Managua. Esta vez, sin embargo, las cruces han desaparecido, y nadie sabe decir quién las quitó. Durante las celebraciones del día de los muertos, muchas personas los vieron y rezaron ante ellos por los jóvenes asesinados y por la liberación de los presos políticos.
La situación en el país sigue siendo tensa y el número de nicaragüenses que buscan refugio en el extranjero está creciendo. Las últimas noticias muestran que entre enero y septiembre de 2018, aproximadamente 52,000 nicaragüenses ingresaron a Costa Rica, de los cuales al menos 40,000 solicitaron protección internacional, según las cifras que las autoridades costarricenses proporcionaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos .
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