Tucuman – “Ni un pibe menos por la droga”: con esta afirmación, repetida por tres veces, come un eslogan, por toda la asamblea presente en la iglesia, Mons. Fernando Maletti, obispo de Merlo-Moreno y referente de la Comisión Nacional de Adicciones y Drogodependencia de la Conferencia Episcopal Argentina, ha iniciado la homilía de la celebración eucarística en sufragio del padre Juan Viroche, a un año de su muerte, ocurrida en circunstancias que todavía no han sido aclaradas.
El 5 de octubre de 2016 el padre Juan Heraldo Viroche fue encontrado muerto en su casa, en Tucuman, a unos 70 km de la capital. Era muy conocido en la zona por su lucha contra el narcotráfico. Era una persona muy positiva y dinámica, refieren quienes los conocían en su parroquia, donde estaba muy comprometido con las familias de la zona. “El padre Juan se enfrentó con valentía a las mafias que dirigen el tráfico de drogas, y que habían amenazado, tanto a él como a otros de su comunidad. Las circunstancias de su trágica muerte aún no han sido aclaradas por las autoridades, pero en cualquier caso, ha puesto de manifiesto una situación de gravedad insólita e intolerable” se lee en el texto de la Comisión episcopal tras un mes de la muerte violenta, sin ninguna aclaración por parte de la autoridades, que se inclinan a que se tratase de un suicidio .
Ayer, 5 de octubre, a las 11 horas en el Santuario de San Cayetano, se celebró una misa en memoria del padre Juan Viroche a un año de su muerte. Concelebrada por muchos sacerdotes que trabajan en este sector, contó también con la presencia de jóvenes que se están recuperando de sus dependencias, acompañados de las comunidades que los acogen y les siguen a lo largo de este camino. Además se puso de manifiesto una vez más, de varias formas, el afecto y el reconocimiento hacia el padre Viroche.
Mons. Maletti ha anunciado que por la tarde, en la parroquia del Padre Juan en La Florida, Tucumán, se ha celebrado otra misa de sufragio presidida por el Card. Luis Hector Villalba.
La homilía del obispo de Merlo-Moreno se ha centrado en dos palabras: solidaridad y pobreza. “Solidaridad, entendida como luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales", ha dicho el obispo, que ha continuado: “Eso es lo que hacen aquellos que, desde la realidad popular, se insertan en la realidad social para cambiarla, que transforme la vida en un mundo de justicia, de amor y de paz. Hay que abrazar la vida. Ni un pibe menos por la droga”.
Sobre la pobreza hay que seguir el ejemplo del padre Juan, “quienes lo conocían dicen que era una vida entregada a los más pobres, inserta en el mundo de los pobres y la pobreza y un luchador para que esa pobreza que es desechable, la que es fruto de la injusticia, fuese cambiada por una cultura de la pobreza evangélica que todos los bautizados y no bautizados tenemos que vivir”.
Al final, el padre Pepe Di Paola, coordinador de la Comisión Nacional de Adicciones y Drogodependencia ha dado las gracias de forma especial por su presencia a los jóvenes que están viviendo el camino de recuperación de las drogas, que han recibido un fuerte aplauso de toda la asamblea.
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