Astana - “Durante un cuarto de siglo Kazakstán y el Vaticano han creado las condiciones favorables para mejorar progresivamente el diálogo bilateral, a nivel político, humanitario y científico. La interacción entre los dos estados fortalece la paz y la estabilidad, así como el diálogo interreligioso, un tema que ocupa un lugar especial en la agenda de la cooperación bilateral”: así se lee en una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores de Astana recibida en la Agencia Fides con motivo del 25° aniversario de las relaciones diplomáticas entre Kazakstán y la Santa Sede, que se cumplen este 2017.
Era el 17 de octubre de 1992, cuando el Papa Juan Pablo II emitió el escrito “Partes Nostras”, un documento que estableció la nunciatura apostólica del estado kazajo. La fecha marcó el comienzo de un camino de conocimiento mutuo y de colaboración: dan testimonio de ello, las tres visitas oficiales del presidente Nursultan Nazarbayev al Vaticano , pero sobre todo la visita pastoral de Juan Pablo II en tierra kazaja en septiembre de 2001. En esa ocasión, el Papa Wojtyla, en el encuentro en la Universidad Eurasia de Astana. describió el Kazakstán como una “tierra de encuentro, de intercambio, de novedad; tierra que estimula el interés hacia nuevos descubrimientos y nos invita a vivir la diferencia no como una amenaza sino como un enriquecimiento”.
Según los datos proporcionados por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Kazakstán, en este estado viven más de 130,000 católicos. “Es un dato que, en realidad, debería ser revisado”, señala a la Agencia Fides p. Guido Trezzani, misionero en la diócesis de Almaty desde hace 22 años. “Todavía estamos bajo el legado de la emigración: antes las comunidades católicas estaban compuestas por varios grupos étnicos, formados principalmente por ex-deportados del régimen soviético”, explica. “Después de la independencia de 1990 – continúa -, muchos de ellos regresaron a sus respectivos países de origen. El fenómeno continúa, debido a la situación económica: en las aldeas no hay mucho trabajo, por lo que los que pueden se van al extranjero. En muchas áreas, todavía hay un culto centrado en la liturgia y las devociones. El desafío para el futuro es continuar el trabajo de evangelización, creando un camino más consciente y menos vinculado a la tradición”.
En la nota del Ministerio de Relaciones Exteriores de Kazakstán, se elogia la presencia del Vaticano durante la Exposición Internacional de Astana, que ha terminado este mes de septiembre de 2017. El P. Trezzani -que ha vivido la Expo de cerca como comisario adjunto del pabellón de la Santa Sede- nos ha querido realizar un resumen de la iniciativa: “Ha sido una experiencia positiva: muchos se han quedado sorprendidos por la presencia del Estado del Vaticano en una manifestación que tenía como tema central la energía.
Muchas personas sonreían frente a nuestro pabellón, porque encontraban incluso ridículo que la Iglesia presentase la teoría del Big Bang pero luego quedaban sorprendidos al descubrir que el fundador de esa teoría era el sacerdote católico Georges Edouard Lemaitre”. Precisamente este contraste, - dice para concluir el p. Guido -, ha sido el inicio de un cambio de mentalidad: “Han sido muchos los han comentado que habían entrado en el pabellón llenos de prejuicios sobre la Iglesia pero que al salir tenían un concepto nuevo sobre la relación entre ciencia y fe”.
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