Washington – La Casa Blanca publicó el 8 de octubre los “Principios y Políticas de Inmigración”, que son una propuesta prioritaria a considerar cuando se trabaja en la protección legislativa de los “dreamers” : los aproximadamente 800.000 jóvenes clandestinos que llegaron a los Estados Unidos Unidos de pequeños, que la administración Obama había tratado de integrar a través del programa DACA.
Mons. Joe S. Vásquez, de la diócesis de Austin, Texas, Presidente de la Comisión para la migración, ha exhortado al Congreso para que “garantice una verdadera protección a los dreamers de una vez por todas”.
A continuación publicamos el texto completo de la declaración, recibida en la Agencia Fides: “Los principios y políticas de inmigración de la administración no son el camino para una reforma integral de la inmigración basada en el respeto a la vida humana y la dignidad humana y la seguridad de nuestros ciudadanos. No reflejan el pasado de nuestro país como inmigrantes y atacan a los más vulnerables, especialmente a los niños no acompañados y a muchos otros que escapan de la persecución. Desafortunadamente, los principios no reconocen que la familia es la base fundamental de nuestro sistema de inmigración, de nuestra sociedad y de nuestra Iglesia”.
“Desde julio, el Congreso ha introducido soluciones legislativas para los dreamers, incluyendo la DACA. La administración debería centrarse en garantizar que se encuentre una solución legislativa para los dreamers lo antes posible. Cada día que pasa sin una solución, estos jóvenes experimentan una creciente aprensión por su futuro y por sus familias. Cada día que pasa nos acerca a todos a la fecha del mes de marzo de 2018, cuando los beneficiarios de DACA comenzarán a perder sus privilegios de trabajo legal y, mucho peor, se enfrentarán la amenaza de la deportación y separación de sus familias”.
“Por esta razón, instamos al Congreso a que adopte una legislación y que camine hacia delante sin demora para asegurar una verdadera protección a los dreamers de una vez por todas, junto a muchas otras personas de buena voluntad, nosotros seguiremos ofreciendo acogida y apoyo a estos dignos jóvenes y no dejaremos de apoyar su protección permanente y su ciudadanía”.
El programa denominado “The Deferred Action for Childhood Arrivals – DACA” había creado un escudo temporal para los casi 800,000 chicos y jóvenes adultos que habían llegado a los Estados Unidos de niños y que al estar inscritos en el programa DACA, había logrado completar su educación superior y trabajar legalmente.
La Conferencia Episcopal de los Estados Unidos había reaccionado rápidamente ante la declaración de la decisión de poner fin al programa DACA , expresándose con estas palabras: “Hoy nuestra nación ha hecho lo contrario a cómo las Escrituras nos piden que respondamos. Es un paso atrás en los progresos que debemos hacer como país”.
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