Ciudad del Vaticano – “Teresa de Lisieux deseaba 'ser el amor en el corazón de la iglesia'. Hoy las monjas de clausura son como un corazón que bombea la sangre, es decir, la caridad de Cristo, a todo el organismo de la iglesia universal. De tal modo que su amor llega a todas las misiones y a todos los misioneros, que son las manos que bautizan o los brazos que acogen a los pobres y a los que sufren. Si el corazón no bombea la sangre, el organismo muere. El Papa Juan XXIII decía que las Obras Misionales Pontificias son como el sistema vascular en el organismo humano, esa red que permite al amor de Dios llegar a cada uno de los tejidos. Las monjas, con su oración y su sacrificio cotidiano, son el corazón que late, del que todos necesitan”: así ha explicado el p. Ryszard Szmydki, O.M.I., Subsecretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, al presentar el vídeo producido por la Agencia Fides y lanzado con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones, para recordar el 90° aniversario de la proclamación de Teresa de Lisieux “Patrona de las misiones”. El 14 de diciembre de 1927, fue precisamente el Papa Pío XI quién declaró a S. Teresita de Lisieux “patrona especial de los misioneros, hombres y mujeres, de todo el mundo”, título que ya le había sido concedido a San Francisco Javier.
Con este nuevo esfuerzo de producción multimedia , La Agencia Fides ha entrado en un monasterio carmelita donde las monjas, según el camino trazado por Santa Teresita, abrazan al mundo entero.
En su conversación con Fides, el P. Ryszard Szmydki recuerda que la misión y la contemplación son propias de todos los bautizados: “El misionero, como afirma la Redemptoris Missio, debe ser un 'contemplativo en acción'. La respuesta a los problemas el misionero la debe dar a la luz de la palabra de Dios y en la oración personal y comunitaria. Si el misionero no es contemplativo, no puede proclamar a Cristo de una manera creíble”.
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