Yangona – “Una agonía inmensa está sucediendo en los mares del Sudeste asiático: una nueva ola de boat people, que huyen debido a la pobreza y los conflictos de Myanmar y Bangladesh, está a la deriva en los mares. Explotados por traficantes sin escrúpulos, hombres, mujeres y niños están hacinados en barcazas miserables y a menudo mueren en el mar. Se abre una nueva herida. Dejemos que la misericordia y la compasión fluyan como un río en la tierra de Buda” es el llamamiento lanzado por el cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon, mientras continúa la emergencia de refugiados rohingya, que buscan asilo en países como Tailandia, Malasia, Indonesia.
En un mensaje enviado a la Agencia Fides, el Cardenal recuerda a los boat people de Vietnam, así como los desembarcos en el Mediterráneo, y dice: “Los refugiados huyen para buscar la dignidad y la seguridad. Con un gran gesto de humanidad, Malasia, Filipinas e Indonesia han abierto sus puertas. El Gobierno de Myanmar ha salvado dos barcos a la deriva. Este gesto, que viene de una nación dedicada al Señor de la compasión, Buda, es muy loable”, dice. Pero, añade, en los últimos tiempos en el país se han extendido “el odio y la negación del derecho”, en referencia a la violencia perpetrada por franjas budistas contra musulmanes rohingya y la hostilidad mostrada por el gobierno birmano.
Mons. Bo remarca: “Instamos encarecidamente al Gobierno que no permita que el discurso del odio nuble la gloriosa tradición de compasión birmana. El pueblo de Myanmar tienen la obligación moral de proteger y promover la dignidad de todas las personas humanas. Una comunidad no puede ser demonizada y nadie puede negar sus derechos básicos como la identidad, la ciudadanía y el derecho a ser comunidad”.
Citando grandes monjes budistas que son “faro de la compasión para el mundo”, el Arzobispo ha dicho que “esta religión presenta la compasión como una de las virtudes más nobles” dirigida a todos los seres vivos, animados e inanimados. La compasión y la misericordia son los dos ojos de esta nación, que permiten una visión de paz y dignidad. Dejad que la misericordia y la compasión fluyan como un río en nuestro país”, ha dicho para concluir el Cardenal. Bo.
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