Juba - La intensificación de los combates en Sudán del Sur está creando una situación humanitaria alarmante que expone a los civiles a una escalada de violencia y limita la llegada y el acceso de las ayudas. La advertencia proviene de la ong médico-humanitaria Médicos sin Fronteras . El fuerte aumento de la violencia en los estados de Unidad, Jonglei y Alto Nilo ha llevado a la suspensión de los servicios médicos, a la destrucción de las instalaciones sanitarias y a la evacuación de personal médico. En el comunicado enviado a la Agencia Fides, la ONG informa que en el estado de Alto Nilo, MSF está proporcionando atención médica para salvar las vidas de personas heridas en los enfrentamientos violentos en Melut, aunque no es posible hacer llegar por aire los suministros médicos y el personal. La inseguridad permanente impide que los aviones aterricen y en los últimos días ha obligado a cientos de personas a buscar refugio en los campos de la 'protección de civiles' dirigido por las Naciones Unidas. La capacidad de MSF de proporcionar asistencia a quienes la necesitan desesperadamente ahora está en riesgo si no se garantiza un canal seguro que permita el tránsito de personal y suministros médicos.
En Malakal, donde han tenido lugar la mayor parte de los combates, la ONG está tratando a los heridos en los recientes combates, aunque los enfrentamientos de la semana pasada han impedido la prestación de atención médica a unas 30.000 personas que viven en el área de los campos de la PoC. En el estado de Jonglei, la ciudad de Phom El-Zeraf ha sido la línea del frente en los últimos meses. La ciudad ha sido completamente destruida. El hospital, uno de los principales centros de salud en la parte norte del estado, está demolido. En el estado de Unidad, MSF se ha visto obligada a evacuar su hospital en la ciudad de Leer, el 9 de mayo, dejando unas 200.000 personas en el área sin asistencia médica. En Bentiu, los combates y la inseguridad en las últimas semanas han obligado al equipo a suspender varias clínicas móviles en las zonas circundantes. La ONG sigue dirigiendo un hospital en los campamentos de la PoC en Bentiu que ha recibido a más de 11.000 recién llegados, de los cuales la mayoría mujeres y niños. Muchas personas han contado a MSF la violencia de la que estaban huyendo: aldeas enteras arrasadas, familias rotas, atentados y asesinatos, abandono de los heridos, y la violencia sexual contra las mujeres y los niños. La temporada de lluvias se acerca y las condiciones de hacinamiento exacerbado por la reciente afluencia de nuevas personas en diferentes campos son más causas que crean preocupación.
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