Bogotá – La situación de los niños que son reclutados por los grupos armados en el país sigue siendo grave. En los últimos días el Ejército ha descubierto algunos, entre 12 y 17 años en uniforme y armados hasta los dientes , y ha logrado convencerlos a acompañarles al Instituto Colombiano para el Bienestar Familiar que se hace cargo de la custodia de los niños y de reintegrarlos en la vida civil. Los niños y adolescentes acababan de terminar un curso de formación de dos meses, en el que les habían enseñado a luchar, matar y colocar explosivos. También se ha descubierto que los niños habían sido infectados con el virus del papiloma humano, transmitido por guerrilleros adultos. En las fuerzas militares de las FARC es muy común que las guerrillas tengan relaciones sexuales de inmediato y si se quedan embarazadas se ven obligadas a abortar. Algunas que han tratado de continuar con el embarazo han visto a su hijo morir asesinado poco antes del nacimiento.
Según algunas estimaciones, forman parte de las bandas de guerrilleros al menos 2.000 menores de edad, además de miles de adultos enrolados desde la infancia. Para el reclutamiento de niños, hijos de agricultores que viven en zonas remotas del país, se usan diferentes estrategias. Algunos se ven obligados a entregar un niño por familia en las áreas en las que tienen más influencia, otros se sienten atraídos por el engaño, con falsas promesas de dinero y una vida fácil. Una vez inscritos no puede escapar, porque si lo hacen y son atrapados les fusilan. Incluso la mera sospecha de alguna queja por parte de los niños por el cansancio o por querer alejarse es suficiente para matarlos.
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