Niamey - El terror sembrado por el doble asalto a dos pueblos de Níger el 2 de enero , provocó la huida de más de 10.000 habitantes en la región de Tillaberi, al oeste.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios , alrededor de 10.600 personas se han visto obligadas al desplazamiento después del ataque que se cobró 105 vidas, 73 en Tchombangou y 32 en Zaroumadareye.
El gobierno de Níger ha brindado un apoyo inicial a los afectados, incluidos alimentos, suministros médicos para los centros de salud y asistencia financiera a las familias de los civiles fallecidos.
Tras los ataques del 2 de enero en dos pueblos de la región de Tillaberi, la mayoría de los desplazados internos encontraron refugio en el pueblo de Mangaize con familiares que ya vivían en condiciones precarias. Según las Naciones Unidas, más de 500 niños desplazados no asisten actualmente a la escuela.
Desde 2017, la región de Tillaberi ha sido atacada con frecuencia por grupos terroristas con sede en Mali.
Níger, Burkina Faso y Malí en el Sahel son el epicentro de una de las crisis de desplazamiento con más rápido crecimiento en todo el mundo.
También se han reportado ataques yihadistas en el sur de Níger. El mes pasado, al menos 28 personas murieron y cientos más resultaron heridas en un ataque, posteriormente reivindicado por el grupo terrorista Boko Haram, en la región sureste de Diffa, en Níger.
La región ya alberga a 851.000 refugiados y casi 2 millones de personas desplazadas, según la Agencia de la ONU para los Refugiados.
Pese a la violencia de los grupos yihadistas, Níger se prepara para el traspaso pacífico del poder del presidente saliente Mahamadou Issoufou, que deja el poder tras dos mandatos, y el sucesor que emergerá de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 20 de febrero. “Esta es la primera vez en sesenta años que ha habido un traspaso de un presidente elegido democráticamente a otro elegido también democráticamente. Estamos estableciendo una tradición democrática”, ha subrayado el presidente saliente que ha rechazado claramente cualquier hipótesis de cambiar la Constitución para postular un tercer mandato, a diferencia de lo que han hecho algunos de sus colegas africanos: “No se pueden tener instituciones fuertes jugando con las Constituciones, cambiando las reglas del juego durante el juego, no puedo embarcarme en la aventura del tercer mandato. Esto habría debilitado las instituciones que estamos construyendo”
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