Lima – El arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo, dijo que al Congreso le faltaba "sentido de la proporción" cuando destituyó al presidente Vizcarra, esto es "algo muy grave". Este comentario del arzobispo sigue a la noticia de la noche del lunes 9 de noviembre que el Congreso peruano destituyó al presidente Martín Vizcarra luego de que todo el Parlamento lo declarara "moralmente incapaz" en el juicio político abierto en su contra por corrupción, por presuntos sobornos recibidos en 2014 cuando era gobernador. El presidente del Parlamento, del partido Acción Popular , Manuel Merino, opositor de Vizcarra, juró ayer martes 10 como nuevo presidente del Perú ante el Congreso peruano al completo.
La dimisión del presidente popular fue aprobada con 105 votos a favor, 19 en contra y 4 abstenciones, superando con creces los 87 votos exigidos, al término de una maratón de plenos que duró casi ocho horas.
Vizcarra dijo a la prensa que deja el poder "con la frente alta" y ha descartado emprender acciones legales para oponerse a la decisión del Congreso. “Salgo del edificio de gobierno como entré hace dos años y ocho meses: con la cabeza en alto”, dijo Vizcarra, rodeado de sus ministros, en el patio de la sede de gobierno, anunciando que se iría de inmediato a su residencia privada.
"Me voy con la conciencia tranquila y mi deber cumplido", agregó Vizcarra, quien gozó de niveles récord de popularidad en sus 32 meses de gobierno, tanto que hubo reacciones inmediatas de la población, como marchas y "cacerolazos". ”En apoyo a él, en la capital Lima y otras ciudades.
Este juicio político fue una especie de "remake", pero con una conclusión diferente, de otro juicio político en el que Vizcarra fue el ganador el 18 de septiembre. Vizcarra tuvo un destino similar al de su antecesor, Pedro Pablo Kuczysnki , quien no pudo completar su mandato al verse obligado a renunciar por presiones del parlamento.
En su discurso de clausura, Vizcarra, quien se ha destacado por la lucha contra la corrupción a lo largo de su mandato, destacó que hay 68 parlamentarios con juicios en curso, sin haber sido despedidos por ello.
El comentario general que circula es que el único que se pierde en este asunto es el propio país, porque solo habrá un Perú políticamente desestabilizado con un nuevo presidente prácticamente desconocido.
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