Beirut - Después de nueve meses de negociaciones, Líbano finalmente tiene un nuevo gobierno. El primer ministro a cargo, Saad Hariri, encabezará un equipo de gobierno de treinta miembros, en el que -según algunos observadores- es relevante el peso del Partido chiíta de Hezbolá. Desde el punto de vista religioso, el gobierno representa una proyección del mapa confesional libanés compuesto: entre los treinta miembros del equipo de gobierno hay 4 cristianos ortodoxos griegos, 6 cristianos maronitas, 6 musulmanes chiítas, 3 drusos, 6 musulmanes sunitas , 3 cristianos católicos griegos, 1 católico armenio y 1 ortodoxo armenio. Por primera vez una mujer, la sunita Raya Hasan, del Partido del Futuro dirigido por Hariri, ocupa el cargo de Ministra del Interior.
En el Líbano, en el sistema institucional basado en el equilibrio entre los diferentes componentes confesionales, el jefe de gobierno debe ser un musulmán sunita, mientras que el presidente del parlamento debe ser chiíta y el presidente de la República debe ser un cristiano maronita.
Tras el final del estancamiento político, el patriarca maronita Béchara Raï expresó su esperanza de que el nuevo gobierno pueda recuperar el tiempo perdido en los últimos nueve meses, un período en el que la situación económica del país empeoró. Felicitando al Presidente Michel Aoun y al Primer Ministro Saad Hariri, el primado de la Iglesia maronita insistió en la importancia de asegurar la "unidad y la cooperación" dentro del gobierno para implementar las "reformas necesarias y asegurar la prosperidad económica y financiera del país".
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