Niamey - Han pasado más de cuatro meses desde el 17 de septiembre cuando el padre Gigi Maccalli, sacerdote de la Sociedad para las Misiones Africanas , fue secuestrado por Bomoanga. “Este trágico evento alteró radicalmente la vida de toda la Iglesia en Gourmantché, la zona más floreciente de la archidiócesis de Niamey en términos del número de cristianos y catecúmenos”, explica a Fides el padre Antonio Porcellato, Vicario General de la SMA que regresó recientemente de Níger.
El Vicario explica: “Por razones de seguridad, nuestros tres misioneros europeos de la SMA, -el padre Vito Girotto y los dos padres españoles, Isidro y Pepe-, tuvieron que abandonar el área y no pueden regresar. Otros dos, -el padre Dass, indio, y el padre Sylvestre, beninés-, son parte de un equipo que sirve a las tres parroquias de Gourmantché en Makalondi. Por desgracia, ahora el servicio está muy limitado porque los vehículos solo pueden circular durante el día y solo en la carretera asfaltada que va de Niamey a Burkina Faso. Por lo tanto, a muchas comunidades rurales solo se puede llegar a pie o en bicicleta, lo que dificulta los viajes. En la parroquia de Bomoanga ni siquiera se puede acceder a pie a toda la parte que va a la frontera con Burkina debido al riesgo de ataques”.
“En toda la zona se han suspendido las actividades y las iniciativas pastorales y sociales de las parroquias, excepto las misas de los domingos en los centros principales accesibles por automóvil. Es un momento de prueba para todos en el que solo la fe y la perseverancia sostienen a las comunidades de las aldeas, que deben avanzar sin la ayuda de sacerdotes y misioneros”, asegura el sacerdote.
“Los diez hermanos con los que compartí mi experiencia en Níger están convencidos de que su lugar está aquí, en esta sociedad en gran parte musulmana, y han reafirmado su deseo de colaborar con el arzobispo de Niamey monseñor Laurent Lompo y los demás operadores pastorales de la diócesis. En un contexto tan delicado creo que es importante hacer que todos nuestros sacerdotes y el obispo sientan la cercanía de toda la congregación de la SMA. Todos conservamos la esperanza de volver a ver pronto al padre Maccalli”.
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