Taipei – “Dios nos llama a pesar de nuestros méritos; Dios nos envía a ser apóstoles. El mensaje que traemos es el corazón de la fe, el anuncio de la muerte y resurrección de Jesús”. Estos son los tres puntos destacados por el presidente de las Obras Misionales Pontificias , el arzobispo Giovanni Pietro Dal Toso, en la homilía de la celebración eucarística que presidió el domingo 10 de febrero en la iglesia de la Sagrada Familia en Taipei, durante la reunión continental de los Directores Nacionales de las OMP de Asia .
Al comienzo de la homilía, monseñor Dal Toso recordó que las OMP “son una red mundial al servicio del Papa para apoyar a las misiones y a las iglesias jóvenes con la oración y la caridad. Los OMP no solo ofrecen ayuda financiera. Quieren recordar a todos los fieles que la misión puede ser apoyada, en primer lugar, con nuestra oración, rezando por nuestros misioneros, hermanos en la fe en todo el mundo. Esta semana, los directores de las OMP de Asia se reúnen aquí en Taiwán para ver cómo podemos ayudar mejor a las Iglesias en Asia a ser misioneras”.
Refiriéndose entonces a las lecturas bíblicas del día y al tema de la llamada de Dios, el arzobispo destacó que “Dios viene a nuestro encuentro porque nos ama y no mira nuestros méritos, sino los buenos proyectos que quiere lograr con nosotros. Esta es también una gran señal para un país como este. Dios ha querido encontraros a través del trabajo de los misioneros, porque Dios quiere dar a todos su vida, su perdón y su Espíritu Santo”.
Continuando con la reflexión, el obispo Dal Toso destacó que “Dios nos llama a ser apóstoles. Dios nos llama a enviarnos a los demás”. Ser apóstoles significa “ser testigos de nuestra fe en la vida cotidiana”, y especialmente en este país, donde hay pocos cristianos, es necesario ser testigos de fe, “para que Dios pueda seguir llamando a otras personas, para que otros también conozcan la misericordia y el perdón de Dios, para que otros también entiendan que tienen un Padre en el cielo”. E instó a los cristianos: “Sin vuestro testimonio, el Evangelio se quedaría mudo. Sin vuestro testimonio, el Evangelio no podría continuar mostrando que Dios ama al hombre”. “De hecho, este es nuestro mensaje, de lo que somos portadores: Dios ama al hombre”.
El amor de Dios se ha manifestado enviando a su Hijo, muerto y resucitado para limpiar nuestros pecados. “Este hecho de la muerte y resurrección de Jesús, que repetimos cada domingo en el Credo, es el corazón del anuncio de la Iglesia. Repetimos esto también en cada celebración eucarística después de la consagración. Este es el gran milagro de nuestra fe: Jesús muere y resucita por nosotros. Celebramos este milagro con cada Eucaristía. El arzobispo concluyó exhortando a todos estar agradecidos con Dios por este milagro que se renueva, incluso si “no lo merecemos”.
Link correlati :Il testo integrale dell'omelia, in inglese
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