Ankara - Un "Do ut des" que vincula la cuestión de la Escuela Teológica de Halki - centro académico vinculado al Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, clausurado por las autoridades turcas en 1971 - con la solución de problemas y con los litigios entre las instituciones griegas y los organismos comunitarios de la minoría islámica que vive en Tracia occidental. Esta es la carta jugada por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan durante la visita a Turquía del primer ministro griego Alexis Tsipras, quien el miércoles 6 de febrero quiso reunirse con el patriarca ecuménico Bartolomé I en la sede del antiguo Instituto Teológico Ortodoxo en desuso, situado en la isla de Halki.
Al recibir a Tsipras en Ankara, Erdogan expresó su pesar por el cierre del instituto teológico, pero también negó cualquier responsabilidad en este asunto de la actual dirección turca, señalando que "no es culpa nuestra, nosotros no éramos los gobernantes en ese momento". Luego, añadió un recuerdo personal, confiando en que "cuando iba a la escuela, el profesor de religión a veces nos llevaba allí. Hay muchos libros, hay 38.000, ¿puede alguien leerlos todos? Me preguntaba...". Erdogan confirmó también que la cuestión de la posible y deseable reapertura de la Escuela Teológica de Halki está siendo planteada a las autoridades turcas por todos los líderes políticos griegos. "Y cada vez que la cuestión de la facultad de teología vuelve a la mesa y me hacen la pregunta, digo: "Id también a Tracia occidental, para que podamos resolver la cuestión de los muftís".
Con esta declaración, Erdogan trazó una conexión explícita entre el caso Halki y la creciente controversia entre las autoridades griegas y la minoría islámica de Tracia occidental, especialmente con respecto a los criterios para la selección de los muftíes y la formulación de sus pronunciamientos preceptivos - inspirados en la ley islámica - en el contexto del sistema jurídico griego. En los últimos años, las autoridades griegas, siguiendo instrucciones del Parlamento, han comenzado a nombrar al Muftí, mientras que la minoría turca, invocando el Tratado de Lausana, reivindica el derecho a elegir autónomamente a estos expertos jurídicos musulmanes. La población islámica en esa región de Grecia es de unos 150.000 habitantes, y la condición de esta comunidad es uno de los problemas históricos en las relaciones entre Grecia y Turquía. La semana pasada, el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, expresó la esperanza de que el encuentro entre Tispras y Erdogan en Ankara ayudara a salir del punto muerto y a fomentar algunos progresos hacia la reapertura de la Facultad de Teología de Halki. "El hecho de que la visita del primer ministro griego sea al patriarca ecuménico, esta vez no al Fanar, sino a Halki es un signo particular, porque todos sabemos cuánto queremos y necesitamos la reapertura de nuestra Facultad de Teología, después de casi medio siglo, ya que sus actividades han sido suspendidas injustamente", dijo el patriarca.
Publicar un comentario