Niamey - “No es un misterio que los norteamericanos están presentes en Níger desde hace mucho tiempo no sólo con drones, sino también con militares, así como los franceses e incluso los italianos”, dice a la Agencia Fides Mauro Armanino, misionero de la Sociedad de Misiones Africanas , que trabaja en Níger, comentando la emboscada en la que han perdido la vida cuatro soldados de los llamados Boinas Verdes, las fuerzas especiales del ejército estadounidense. La emboscada en la que también han muerto cinco soldados de Níger, ocurrió el 5 de octubre cuando una patrulla mixta estadounidense-nigeriana se dirigía a reunirse con algunos líderes de la aldea en el suroeste de Níger, en la frontera con Malí. El asalto fue cometido por al menos 50 hombres armados que llegaron con pick-up y motos. Ningún grupo ha reclamado la acción, pero en la zona está presente Al Qaeda.
“Se está realizando una estrategia continua de contención de los flujos migratorios por medios militares, tanto con las tropas europeas y americanas, como con los G5 de las tropas africanas, de los que curiosamente está excluido Senegal, que aún pertenece a la realidad del Sahel. La razón no es conocida. Algunos dicen que es una cuestión de asignación de los recursos puestos a disposición por parte de Occidente: más países hay menos dinero reciben los estados individuales”, dice el p. Armanino. El G5, en gran medida patrocinado por Francia prevé la creación de una fuerza de seguridad pan-Saheliana formada por soldados de Mali, Mauritania, Chad, Burkina Faso y Níger. “Al parecer los EE.UU. son reacios a financiar el G5, y siempre hay discusiones sobre este proyecto se producen ataques, como este en Níger y los anteriores en Mali, Gao y Bamako, que puede ayudar a convencer de la importancia de la creación de esta fuerza militar panafricana”, dice el misionero.
El p. Armanino no niega que haya zonas inestables en Níger debido a la presencia de grupos armados. “Ha habido varios ataques en una zona que está a unos 120 kilómetros de Niamey, aunque no de la misma intensidad que en el que han perdido la vida los militares estadounidenses. Desde hace tiempo, esa zona, que limita con Malí, es bastante inestable. La otra zona de gran inestabilidad se encuentra cerca del lago Chad, donde continúan las incursiones de Boko Haram en Nigeria”, explica. Pero según el misionero, la respuesta militar probablemente genere nuevas fuentes de inestabilidad. “En la frontera con Libia, los Tubou se están armado para tratar de frenar el tráfico de personas”, dice. “Esto aumenta los riesgos de desestabilización de la zona donde también viven los Tuaregs, que no tienen buenas relaciones con los Tubou, sobre todo cuando están de por medio intereses, como el control del tráfico ilegal o ilícito. Se necesita otro tipo de políticas” concluye.
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