Nueva Delhi ( Agencia Fides) - Acaba de celebrarse el Día Nacional por la Vida, para recordar a todos el enorme valor de esta, que a menudo y por desgracia, es pisoteada y degradada. Con demasiada frecuencia, los seres humanos se ven privados de sus derechos y su dignidad en nombre de los valores dictados por la ignorancia y la superstición. En muchas partes de la India, especialmente en las aldeas rurales más aisladas, la pobreza obliga a muchas personas a aferrarse a la superstición, que parece a veces la única opción de salvación para buscar o hacer que las condiciones de vida sean más soportables. Aunque en muchos casos las supersticiones son inofensivas, en otros las creencias arraigadas pueden conducir a graves consecuencias. Una de ellas es el sacrificio humano que, en algunas regiones del país asiático, todavía ocurre. Considerada como la más alta forma de ofrenda a una deidad, es una costumbre cruel, cuyo propósito es apaciguar a los dioses para obtener favores o alejar el mal de ojo de sí y de la propia familia. En los pueblos indígenas más remotos, donde la población vive en condiciones de aislamiento, sin acceso a los servicios básicos, sin recibir educación e integrarse en la sociedad, la gente, en un desesperado intento de escapar de la pobreza, se ponen en manos de hombres curanderos que practican rituales relacionados con las tradiciones tribales locales, pero también con la magia negra. Quienes sufren las consecuencias son siempre los más débiles e inocentes, sobre todo las niños y más aún si son chicas. Según ha informado la organización de la Fundación Hermanos Olvidado onlus, una pequeña de 4 años ha sido sacrificada a una deidad por sus mismos padres para obtener más riqueza, una niña de 7 años de edad, asesinada por dos agricultores que han utilizado su hígado para un ritual propiciatorio, con el objetivo de asegurar mejores cosechas. Se han encontrado los cuerpos de niños enterrados cerca de los altares de algún hechicero, rodeados de objetos sagrados. Las mujeres, consideradas inferiores en comparación con los hombres, en algunas aldeas son acusadas de brujería y, por lo tanto, castigadas con la muerte. Una ONG india ha denunciado recientemente de que cada año, alrededor de 200 mujeres son asesinadas porque se cree que son brujas, creencias exclusivamente nacidas de la ignorancia. Es por eso que la Fundación Hermanos Olvidados onlus considera esencial que todos puedan acceder a la educación, especialmente aquellas personas que de otra manera nunca podrían permitírselo. Gracias a sus esfuerzos muchos niños pueden aprender, para convertirse en el futuro en adultos plenamente responsable y respetuosos de sus vecinos. La Fundación ahora está presente en la India, Nepal, el norte de México, Guatemala y Nicaragua. (AP) (6/2/2014 Agencia Fides)
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