ASIA/MYANMAR - Censo Nacional: “No” de la sociedad civil a la obligación de declarar la étnia y la religión


Yangon (Agencia Fides) – El gobierno birmano está preparando un nuevo censo nacional que se espera que sea lanzado el 30 de marzo. El último censo de población se remonta a 1980. Según lo informado a la Agencia Fides, varios grupos de la sociedad civil y de las minorías étnicas y religiosas han planteado serias preocupaciones debido a que el censo podría inflamar aún más el nacionalismo violento y exacerbar la exclusión de los grupos minoritarios.

En un informe publicado hace unos días, el International Crisis Group (ICG), think-tank con sedes por todo el mundo, expone varios temas sensibles relacionados con el censo: en la nota enviada a la Agencia Fides, el ICG se centra en particular en la obligación requerida por el censo a todos los ciudadanos birmanos de especificar la religión y el origen étnico. Esto, según el ICG es una operación arriesgada, dada la reciente violencia contra la población musulmana en el país, y en especial respecto a la minoría musulmana Rohingya .

Los problemas, señala el ICG, son numerosos y se refieren a todos los grupos étnicos del país: 135 reconocidos, y muchos otros que no están reconocidos oficialmente. El censo, de hecho, también debería condicionar el criterio de la representación política, permitiendo que sólo los grupos que alcanzan un cierto umbral numérico puedan tener representantes en el gobierno local o provincial. Las minorías étnicas tienen miedo de que si su comunidad es clasificada erróneamente se les pueda negar la representación política. Además, no hay ninguna posibilidad de informar de un “origen étnico mixto” (para los nacidos de padres de diferentes grupos étnicos). Por último, está la cuestión de si los rohingya podrán definirse como “rohingya”.

Además, señalan los observadores, el censo podría alimentar los sentimientos anti-musulmanes que ya existen. “En la actualidad, se cree que el 4% de la población de Myanmar es musulmana, cifra registrada en 1983. Sin embargo, hay fuertes indicios de que la cifra real ahora es más del 10%. Los resultados del censo podrían ser explotados por los grupos nacionalistas para indicar la triplicación de la población musulmana en el país durante los últimos 30 años, algo que podría ser la base para un “llamamiento a las armas de los movimientos extremistas”, dice el informe del ICG.

Algunos aspectos críticos se refieren también a los cristianos, en los estados Chin y Kachin: Según lo informado a la Agencia Fides, algunos cristianos bautistas, que pidieron ser inscritos en las listas útiles para el censo, se le pidió convertirse al budismo, para poder registrar a su familia. El censo puede ser utilizado como un “arma de chantaje” para decidir “quién es o no es un verdadero birmano, sobre la base de la religión y el origen étnico”, señalan las fuentes de Fides. Por esta razón, las organizaciones y movimientos de la sociedad civil afirman que el censo debe ser suspendido y que el gobierno debe retirar la pregunta sobre el origen étnico y la religión, para no inflamar una situación ya tensa. Los grupos piden que el censo, llevado a cabo con la asistencia del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), sea realizado “de conformidad con las normas internacionales”. (PA) (Agencia Fides 18/2/2014)



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