VATICANO - Obra Pontificia de la Infancia Misionera: la familia como lugar de formación para la misión

Ciudad del Vaticano – Las consecuencias de la pandemia han afectado a las actividades de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera , como ha señalado la hermana Roberta Tremareli, AMSS, Secretaria General de la POSI, en su informe a la Asamblea General de las OMP: “Lo que vivimos a principios del año pasado a causa de la pandemia, persiste hasta hoy, y esta nueva realidad nos sigue interpelando en nuestra misión, impidiéndonos adormecernos en propuestas e instrumentos estándar y bien establecidos, pidiéndonos que renovemos con la ayuda del Espíritu, nuestra presencia en la Iglesia y en el mundo”.
El aislamiento debido a la normativa sanitaria preventiva ha permitido en muchos casos que los padres descubran su papel como “sujetos de evangelización, formación y trabajo misionero”, ha explicado la hermana Roberta. “Provistos de la colaboración con los niños y jóvenes en la espiritualidad y la oración, han podido recuperar, en muchos contextos, el papel de primeros agentes de pastoral de la formación en la fe”. Otro aspecto que ha surgido de este periodo en particular, es el papel de los medios sociales para la animación misionera, “ya que el niño y el joven no son sujetos pasivos en su uso, sino activos, interactúan, incluso en un entorno virtual, con otras personas con las que comparten un carisma y una meta. Al igual que en la idea original del Fundador, Mons. Charles De Forbin Janson, según la cual implicar a los niños y a los jóvenes en las propuestas misioneras tenía el propósito de hacerlos protagonistas, todas las interacciones mediáticas desarrolladas en este periodo de pandemia están dando frutos buenos y duraderos, que ponen de manifiesto su utilidad”.
A continuación, la Secretaria General de la POSI ha destacado algunos aspectos que han surgido en este periodo de emergencia y de actividades “fuera de lo común”, como la voluntad de “aprender nuevas estrategias, nuevos caminos para el bien de la Iglesia y del pueblo de Dios”; el compromiso de renovarse día a día “para saber responder a las nuevas instancias que han surgido en el contexto actual, para saber captar los interrogantes y las necesidades de las personas, para poder continuar en el cuidado constante, estando atentos a los demás”; la búsqueda de formas más adecuadas para ayudar a las personas a vivir esta etapa de la vida a la luz del Evangelio; el redescubrimiento de nuestra “catolicidad” entendida no sólo desde el punto de vista geográfico.
“Ciertamente, la oración ha sido la herramienta más utilizada y promovida durante este tiempo y estamos contentos de haberla vuelto a poner como una prioridad en nuestra acción misionera”, ha subrayado la hermana Roberta, que además ha reiterado la importancia de las redes sociales para mantener o establecer relaciones, dar información, profundizar en los temas, apoyar a los más débiles. Este tema, sin embargo, requiere una formación más sólida en lo que se refiere a los contenidos: “lo que se hace en las redes sociales se queda en ellas para siempre y no podemos correr el riesgo de ser superficiales en lo que se refiere a Jesús, el Evangelio, la Iglesia y la misión, los niños y los jóvenes.
La radio, la televisión, Facebook y otros medios de comunicación también pueden llegar a los destinatarios que ocasionalmente acceden a ellos en ese momento y escuchan una palabra que puede cambiar sus vidas y así involucrarlos en la actividad misionera de la Iglesia”. Esperando una vuelta progresiva a la normalidad, ciertamente no se puede prescindir de la integración de los medios modernos de comunicación con los medios tradicionales de animación y formación, ya que “uno no excluye al otro y juntos ayudan y apoyan la acción misionera”.
La hna. Roberta Tremarelli ha indicado algunos de los retos a los que se enfrenta hoy la POSI, invitando a los Directores Nacionales de las OMP a asumirlos en sus contextos locales. En primer lugar, “promover la conciencia de la responsabilidad misionera universal en el contexto de la familia como Iglesia doméstica”.
Un segundo desafío, no sólo para la Infancia Misionera, sino para todas las OMP y la Iglesia de hoy, es la sinodalidad, es decir, caminar juntos, buscando la comunión con los diversos sujetos y comunidades eclesiales. Para la POSI esto significa no concentrarse sólo en los grupos de la Infancia Misionera, donde existen, sino abrirse a todos los niños y jóvenes. Luego, motivar a los movimientos, asociaciones y nuevas comunidades presentes en el ámbito eclesial local, para dar mayor impulso a la cooperación misionera: espiritual, vocacional y material. Por último, se han confirmado las reuniones a nivel continental para los Directores Nacionales y los Secretarios Nacionales de la POSI, que tendrán lugar del 21 al 25 de junio. “El intercambio de experiencias nos enriquece mutuamente, nos fortalece en lo que creemos y testimoniamos, nos abre el corazón y la mente, y nos permite mejorar nuestros contenidos y métodos de comparación y diálogo”, ha dicho para concluir la Secretaria General de la POSI.




Agenzia Fides
Etiquetas:

Publicar un comentario

[facebook][blogger][disqus]

Diocesis de Celaya

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets