Samarkanda - El arte como instrumento de apostolado para hablar de Cristo a quienes entran en la iglesia movidos por la curiosidad. Este es el objetivo que ha llevado a los sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado de Samarcanda a iniciar los trabajos de restauración de la iglesia de San Juan Bautista. Lo explica a la Agencia Fides el párroco, p. Ariel Álvarez Toncovich: “Estamos seguros de que el arte puede ser un instrumento de evangelización, por eso hace dos semanas iniciamos la restauración de nuestra iglesia en Samarcanda, a la que estamos devolviendo sus características de hace cien años, un templo gótico hermoso y espiritual. El proyecto implica la recuperación de la bóveda original y la reconstrucción de las ventanas con vidrieras especiales. Nos gustaría poder hacer catequesis con imágenes, evangelizar y comunicar a Cristo a través del arte. Por eso intentamos devolver la luz y la vida a este lugar. Hemos observado que, poco a poco, Uzbekistán empieza a poblarse de nuevo de turistas, por lo que es importante que quien venga a visitarnos, aunque sólo sea por curiosidad o por motivos culturales, se sienta inmediatamente acogido. Es una forma de entrar en el proyecto turístico de la ciudad y darnos a conocer, con el objetivo final de hacer apostolado”.
Fundada entre los siglos VII y V a.C., la ciudad de Samarcanda representaba la parada más importante de la antigua Ruta de la Seda, desarrollando así su vocación turística a lo largo de los siglos. Es precisamente el sector turístico el que hoy en día representa la principal fuente de ingresos de la población local, así como el principal motor del desarrollo demográfico de la ciudad, que actualmente cuenta con más de 500.000 habitantes. En un contexto tan amplio, explica el p. Álvarez, llegar a los fieles representa un reto importante: “En los últimos años, esta iglesia no ha podido disfrutar de la presencia de un sacerdote permanente, pero se han alternado misioneros de otras ciudades para asegurar al menos la celebración dominical. Esto ha provocado una dispersión de los fieles: pretendemos atraerles mediante la puesta en valor de este lugar y la organización de diversas actividades, entre ellas la creación del oratorio”.
Después de pasar 8 años en misión en Kazajistán, el p. Álvarez fue enviado a Samarcanda junto con un hermanos de comunidad, el padre Paolo Giacinti, precisamente para relanzar la actividad pastoral en la parroquia local. Además de Samarcanda, hay otras cuatro parroquias en Uzbekistán y unos 3.000 bautizados: unos 700 en la capital, Tashkent, más otros en Bujara, Urgench y Fergana. En Angren, donde se proyecta construir una nueva iglesia, hay 25 fieles. La población de Uzbekistán, de 30 millones de habitantes, es musulmana en un 90%. Alrededor del 3,5% son cristianos ortodoxos rusos, mientras que otro 3% comprende pequeñas comunidades cristianas de otras denominaciones, incluidas las católicas.
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