Bogotá - La situación social que se vive en los territorios del pacífico y suroccidente colombiano ha sido y seguirá siendo motivo de preocupación para la Iglesia presente en estos territorios del país. Una vez más los obispos, que varias veces en el pasado han alzado su voz sobre las dramáticas dificultades de estas personas que ven pisoteados sus derechos fundamentales vuelven a pedir la atención de los dirigentes y de las instituciones en un video-mensaje recibido también en la Agencia Fides. Las jurisdicciones eclesiásticas presentes en esta zona de Colombia son Cali, Popayán, Apartadó, Quibdó, Itsmina - Tadó, Mocoa - Sibundoy, Buenaventura, Tumaco, Pasto, Ipiales, Cartago, Buga, Palmira, Guapi y Tierradentro.
Monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo de la Diócesis de Pasto, considera que la protesta social, garantizada constitucionalmente, es un derecho inalienable y laudable, que se debe hacer con plena responsabilidad. Esta, señala, se debe hacer fundada en valores honestos y nobles ideales como lo es el respeto a la vida, la dignidad y el bien común. La legitimidad de la protesta se ve comprometida cuando la violencia se vuelve la protagonista por lo que sostiene que “es necesario que las autoridades, organizadores y participantes tutelen que las participaciones se den en paz, impidiendo que unos pocos desnaturalicen lo que se quiere construir”.
El obispo de Buga, José Roberto Ospina Leóngomez, por su parte, anima a los jóvenes para que sueñen con un futuro mejor, les pide ser los protagonistas en la construcción de un país lleno de esperanza, donde Dios esté presente en medio de ellos: "sed creativos, sueñen un país justo, en paz, con educación; un país donde se tengan posibilidades laborales. Hagan realidad sus sueños, sientan que el diálogo es la forma fundamental para oír y expresarse. Ayúdenos a construir este país donde no estamos solo nosotros sino que Dios está en medio”.
Por su parte, monseñor José Saúl Grisales Grisales, obispo de Ipiales, se ha dirigido a los campesinos, resaltando la loable labor que ellos desempeñan en el campo y el aporte que con su trabajo le hacen al país. “¡Defendamos a nuestros campesinos!” ha exhortado el obispo, que ha pedido a los entes responsables y a la comunidad en general que se creen políticas públicas justas, sin explotación alguna, para que su labor sea reconocida y remunerada de manera equitativa.
Colombia es uno de los países más desiguales del mundo, con una pobreza altísima, ha subrayado monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Quibdó, que ha valorado positivamente la presencia de los jóvenes en las calles manifestando sus inconformidades y exigiendo sus derechos. “Ha llegado la hora de que en Colombia pueda haber cambios significativos y esos cambios los tenemos que hacer a través de la reconciliación – ha dicho -. Es muy importante que tengamos la capacidad para perdonar y también para pedir perdón. Construyamos el cambio del país a través de la justicia social y la reconciliación”.
En los últimos días Monseñor Barreto Barreto, en consonancia con la emergencia sanitaria que se vive en el Departamento del Chocó, había adoptado algunas medidas preventivas para la Diócesis de Quibdó. Desde el lunes 21 de junio hasta el domingo 4 de julio, todas las iglesias parroquiales del territorio diocesano están cerradas; los sacerdotes evitan realizar reuniones y visitar las comunidades rurales; en la ciudad de Quibdó, la celebración de los funerales se realizará únicamente en la Catedral de San Francisco de Asís, se ha prohibido la celebración de funerales en las casas o en las calles.
Al comunicar estas disposiciones, Monseñor Barreto se ha mostrado preocupado por el alto porcentaje de contagios de Covid-19: “Hemos comprobado que los casos son cada vez más frecuentes y las actividades de prevención y asistencia son escasas”. Las últimas medidas tomadas a nivel institucional pueden llevar a agravar la difícil situación de salud y mortalidad, mientras que una parte de la población no sigue las indicaciones, como evitar reuniones, celebraciones familiares... “La Diócesis de Quibdó renueva su opción por la vida e invita a las personas e instituciones a comprometerse más decididamente en la protección de todas las vidas”.
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