Foya - En muchos países del continente africano los jóvenes tienen pocas perspectivas y a menudo viven sin una idea de Futuro. En Foya, en un remoto rincón de Liberia, la situación no es diferente. “El ambiente es difícil, hay pocas oportunidades de trabajo, pero hay muchos jóvenes generosos y dispuestos”, escribe el padre Lorenzo Snider, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas de Liberia.
El misionero lleva un año y medio en Foya, tras 8 años en Costa de Marfil y luego 7 en Italia en labores misioneras y vocacionales. Se define a sí mismo como un “aprendiz de misionero” y dice que no fue fácil empezar de nuevo con una nueva lengua, tratando de aprender algunas expresiones del kissi, la lengua local que se habla en todo el distrito y en los países vecinos de Guinea y Sierra Leona, por un total de cerca de un millón de personas.
“Me encontré con una nueva cultura, una nueva historia, una iglesia local que está dando sus primeros pasos, y como aprendiz de misionero y aprendiz de párroco extranjero, estoy descubriendo que es posible suplir las propias limitaciones y la falta de experiencia simplemente pidiendo ayuda, trabajando juntos, en comunidad, con la gente”.
El padre Lorenzo explica que la parroquia cuenta con sólidas estructuras de comunión, “los laicos están acostumbrados, no sólo a participar en la toma de decisiones, sino a realizar con responsabilidad la tarea de comunión y evangelización. Y es bueno ver a jóvenes valientes dispuestos a hacer sacrificios para contribuir al desarrollo de su tierra y hacerlo con alegría”.
“Muchos de los niños de nuestra misión – explica -, se levantan a las cinco de la mañana para hacer las tareas domésticas, limpiar la casa, buscar agua y leña, etc., antes de ir a la escuela, que empieza a las 8 de la mañana, donde permanecen hasta la 1 de la tarde, algunos sin haber comido nada de nada desde la noche anterior. Después de la escuela: al campo para ayudar a la familia. ¡Y estos se consideran afortunados porque pueden ir a la escuela! En las numerosas iglesias pentecostales, una veintena en Foya, que fueron las primeras en evangelizar esta zona, por desgracia se suele predicar la caza de brujas, la acusación, la creación de divisiones en las familias, el miedo, la sospecha, para generar un clima que lleva a ver más la presencia del diablo y sus emisarios que las grandes obras de Dios, para así buscar la protección de Dios contra las fuerzas ocultas, en lugar de buscar juntos los caminos para crecer en su amor”.
“Además -concluye el misionero -, “con las primeras lluvias, mucha gente está ocupada en los campos, para comenzar la siembra de arroz, la verdadera riqueza de la región. Los que son obreros no cualificados trabajan por dos dólares al día, y un profesor puede estar satisfecho si gana sesenta dólares al mes. Algunos se conforman con quince o veinte dólares”.
Publicar un comentario