Lahore – “Es una victoria de la justicia. Es una victoria de la libertad. He realizado esta misión en nombre de Cristo, para salvar a dos víctimas inocentes. Es, pues, también una victoria de la fe, porque hemos creído en la ayuda de Dios en este proceso. El Tribunal ha reconocido la falta de fundamento de los cargos contra Shafqat Emmanuel y su esposa Shagufta Kausar, condenados injustamente por presunta blasfemia. Hoy estamos contentos por este resultado positivo”, ha declarado a la Agencia Fides el abogado católico Khalil Tahir Sandhu, miembro del equipo de defensa que ha llevado el proceso de apelación ante el Tribunal Superior de Lahore que ayer, 3 de junio, anunció la absolución de la pareja cristiana condenada a muerte por blasfemia en abril de 2014.
El abogado Sandhu añade: “Se ha hecho justicia, pero ¿quién devolverá 8 años de vida a esta pareja inocente? ¿Quién pagará las falsas acusaciones? ¿Quién devolverá ocho años de vida a los niños que crecieron sin padres y sin una escolarización regular? Es necesario revisar el mecanismo distorsionado que lleva a tales consecuencias y genera tanto sufrimiento del que nadie será identificado como responsable”.
“Han tenido que pasar 8 años para que se haga justicia con Shagufta Kausar y Shafqat Emmanuel, la pareja acusada de blasfemia en julio de 2013. Con el veredicto que los libera, damos gracias a Dios por esta buena noticia. Ahora la tarea de mantenerlos a salvo sigue siendo una prioridad absoluta. Han pasado un peligro, pero llevar una vida normal para estas víctimas es muy difícil, aunque el Tribunal Superior las haya liberado. Esperamos y rezamos para que encuentren un lugar seguro para vivir”, dice el padre Bonnie Mendes, sacerdote de Faisalabad, en un mensaje enviado a la Agencia Fides. Shafqat Emmanuel y su esposa Shagufta Kausar fueron acusados en virtud del artículo 295, coma “C”, del Código Penal de Pakistán por difundir comentarios ofensivos contra el profeta Mahoma en mensajes de texto enviados a los denunciantes Malik Muhammad Hussain y Anwar Mansoor Goraya. La pareja fue condenada a muerte en abril de 2014 por el juez de distrito del tribunal de Toba Tek Singh. Negando todos los cargos, apelaron al Tribunal Superior de Lahore y ahora ha llegado por fin la absolución total por no haber cometido el acto. Dos jueces del Tribunal Superior de Lahore, tras escuchar los argumentos de los abogados de la acusación y de la defensa, han anulado la condena a muerte y ordenado la puesta en libertad de los dos condenados, que estaban en cárceles distintas.
En el caso de Shafqat y Shagufta, la desgracia había comenzado por una pequeña disputa entre sus hijos y los hijos de sus vecinos. Tras la disputa, se urdió un complot: el denunciante Malik Muhammad Hussain, con la ayuda de un amigo suyo, consiguió robar una copia del documento de identidad de Shagufta para obtener una tarjeta SIM a su nombre. En su declaración, Shagufta dijo que nunca había visto ni utilizado la tarjeta y que el propio Malik Hussain había redactado y enviado mensajes de texto blasfemos en su nombre. En el transcurso de la investigación, se descubrió que los mensajes de texto enviados estaban escritos en inglés, mientras que los dos acusados son analfabetos, no saben inglés y sólo hablan urdu, sin haber estudiado. Los agentes de policía tampoco pudieron recuperar el teléfono móvil y la tarjeta SIM utilizados para enviar los SMS.
Kashif Aslam, subdirector de la Comisión Nacional "Justicia y Paz" de los Obispos Católicos de Pakistán , valorando la decisión de los jueces, dice a la Agencia Fides: "Este veredicto es una derrota para todos los que abusan de las leyes de blasfemia, para los círculos fanáticos y para los dirigentes políticos que niegan la existencia de casos de blasfemia basados en acusaciones falsas, abusos o convocados con fines indebidos; también es una derrota para los que difaman a las organizaciones que luchan por los derechos de las minorías religiosas”. Y recuerda: "En Pakistán se abusa de la ley de blasfemia por rencillas o rivalidades personales; muchos de los acusados de blasfemia son condenados a muerte, incluso hay ejecuciones extrajudiciales. Deben establecerse normas y mecanismos para garantizar que no se abusa de la ley ni se la explota”, concluye.
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