ASIA/MYANMAR - El ejército destruye el arroz y las medicinas y mata de hambre a la población

Pekhon - El ejército de Myanmar está destruyendo toneladas de sacos de arroz que habían sido almacenados y conservados para alimentar a los desplazados internos en el pueblo de Loi Ying Taungche, cerca de la ciudad de Moebye, en el territorio de la diócesis católica de Pekhon. Así lo informa una fuente de la Agencia Fides en la Iglesia local de Pekhon, en un territorio situado en el estado birmano de Shan, en el sur del país. Sufragánea de la archidiócesis de Taunggyi, la diócesis de Pekhon acoge en su territorio a unos 55 mil bautizados de un total de 320 mil habitantes. En las últimas semanas, la catedral del Sagrado Corazón de Jesús, en la diócesis de Phekhon, que acogía a desplazados internos, fue alcanzada por la artillería del ejército birmano.
En esta zona, las Fuerzas Populares de Defensa luchan contra los militares birmanos desde mayo. Según informa la fuente de Fides, que pide el anonimato por razones de seguridad, se avecina una grave crisis alimentaria, inducida por las fuerzas armadas para aplastar cualquier resistencia popular. La desfiguración y la violencia contra la población civil que sufre, llega incluso a la destrucción de las reservas de medicamentos y de los pequeños dispensarios de salud organizados por la gente de los pueblos.
El ejército birmano, señala la fuente de Fides, utiliza la “política de los cuatro cortes”: cortar todo acceso a los alimentos, las comunicaciones, los transportes y las finanzas, para reducir a la población al límite, en una labor de violación indiscriminada de los derechos humanos y de ferocidad perpetrada sobre personas inocentes. Los civiles son maltratados porque se les acusa de tener vínculos con las fuerzas de la resistencia. Por eso, cuando los militares entran en las aldeas, los habitantes corren a esconderse en la selva o buscan refugio en instituciones y estructuras religiosas, como centros católicos o monasterios budistas, con la esperanza de librarse de la violencia.
Dada la situación, se avecina una emergencia alimentaria en varias zonas del país. El aumento de los precios de los alimentos básicos ha afectado especialmente a las zonas remotas: en Kachin, Kayah y el estado de Shan, el coste del arroz ha subido un 50% y el propio arroz empieza a escasear. El coste del transporte de los productos desde las granjas a las ciudades también ha aumentado, dado el elevado precio del combustible, que ha subido un 30% desde el golpe de Estado del 1 de febrero. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU estima que hasta 3,4 millones de personas pasarán hambre en Myanmar en los próximos seis meses, y ha dicho que está dispuesto a triplicar su labor de asistencia alimentaria en la situación de emergencia si las condiciones sobre el terreno lo permiten.
“Los ataques brutales e indiscriminados del ejército amenazan la vida de muchos miles de hombres, mujeres y niños en el estado de Kayah”, explica Thomas Andrews, relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en Myanmar, señalando que entre los más de 100.000 refugiados sólo en ese estado, “podrían producirse muertes por inanición, si no se toman medidas inmediatas”.



Agenzia Fides
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