Kabul - Nargis Nehan, directora de la organización no gubernamental “Equality for Peace and Democracy” está preocupada porque “con la retirada de las tropas, parece que la sociedad civil ya no es tan útil como antes para la comunidad internacional”. Ex ministra de Petróleo y Recursos Naturales y rostro conocido del activismo en la capital afgana, Nehan señala que la retirada militar va acompañada de una retirada diplomática y financiera. El 14 de abril de 2021, el presidente estadounidense Joe Biden anunció la retirada incondicional de las tropas estadounidenses para el 11 de septiembre de 2021. Lo mismo ocurre con los países que contribuyen con sus ejércitos a la misión de la OTAN. Se están elaborando planes de evacuación en las embajadas extranjeras. Los donantes parecen más reacios a apoyar nuevos proyectos. “No participamos lo suficiente en los debates de alto nivel”, lamenta Nehan. A menudo, dice, “las mujeres afganas sólo son llamadas para hablar de los derechos de las mujeres, pero tenemos ideas sobre todo, desde el proceso de paz, hasta el marco regional”.
Según el acuerdo bilateral entre Estados Unidos y los talibanes de febrero de 2020, debían iniciar las negociaciones intra-afganas, entre los talibanes y el Frente Republicano, pero estás no comenzaron hasta septiembre de 2020. Y además no han producido resultados significativos. Los talibanes abandonaron una conferencia de la ONU prevista el pasado mes de abril en Turquía, con el pretexto de que la fecha elegida por Biden para la retirada total posponía cuatro meses lo acordado en Doha. Desde entonces, la violencia se ha intensificado.
“Es la primera vez en veinte años que me siento verdaderamente amenazada”. Así lo afirma a la Agencia Fides Najba Ayoubi, periodista, directora de “The Killid Radio”, una red independiente de emisoras afganas con oficinas en ocho provincias del país. En los últimos meses se han producido numerosos asesinatos selectivos de periodistas, miembros de la sociedad civil, jueces y funcionarios. Ningún grupo ha reivindicado la autoría de los asesinatos. La violencia también crece en el frente militar, con los talibanes conquistando nuevos distritos y el gobierno concentrándose en la protección de las capitales de provincia. Para Najiba Ayoubi, “al entrar en negociaciones el primer paso debería ser aceptar un alto el fuego. Sólo entonces es posible negociar”. En cambio, los talibanes han elegido “el camino equivocado. Quieren llegar al poder por la fuerza”. Para Najiba Ayoubi, sigue siendo importante encontrar un acuerdo político entre el gobierno de Kabul y los talibanes. Pero señala que “la firma de un documento no producirá la paz”. “El proceso político es importante, pero sin paz social siempre habrá más conflictos. Esta es una sociedad que ha estado en guerra durante 40 años. Muchas familias exigen justicia. Si no se satisfacen las demandas de justicia, la guerra continuará”, concluye la directora de The Killid Radio.
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