Maputo - Los terroristas islámicos que se proclaman afiliados a la Provincia Centroafricana del Estado Islámico atacaron algunas aldeas del distrito de Muidumbe, en la provincia norteña de Mozambique de Cabo Delgado, en la mañana del 31 de octubre haciendo incursión en los pueblos de Muidumbe de Magaia, Nchinga, Namacunde, 24 de Março, Muatide y Muambula.
Los supervivientes afirman que 20 personas, incluidos 15 adolescentes, fueron decapitados en la aldea 24 de Março, mientras que los atacantes secuestraron a un número indeterminado de niños de Nchinga.
Las redadas también tienen el propósito de reclutar por la fuerza a jóvenes de las aldeas para que se unan a las filas yihadistas. En abril, en el distrito de Muidumbe, los terroristas también decapitaron a 52 civiles por negarse a unirse a ellos.
Además de incendiar varias casas, los yihadistas parece que han saboteado la infraestructura de comunicaciones, ya que las comunicaciones telefónicas con Muidumbe son más precarias desde el ataque.
Las redadas en las aldeas de Muidumbe podrían ser una represalia por la ofensiva de las fuerzas de defensa y seguridad a principios de la semana pasada contra la base principal terrorista, un complejo de campamentos conocido como “Base Siria” en el distrito de Mocimboa da Praia. Las fuerzas de seguridad de Mozambique afirman haber matado a 108 terroristas en sus operaciones.
La violencia yihadista en la provincia de Cabo Delgado ha puesto en peligro la cosecha 2020-2021 porque miles de agricultores han huido debido a los ataques terroristas. La cosecha ya está sufriendo por las inundaciones y la proliferación de insectos dañinos. Se estima que al menos 400.000 habitantes han huido de la provincia. El domingo 1 de noviembre murieron al menos 40 personas cuando el barco que transportaba a 74 personas que huían de la violencia se hundió entre las islas de Ibo y Matemo, justo al norte de la capital provincial de Pemba.
Mientras tanto, los terroristas con base en el norte de Mozambique han cruzado el río Ruvuma en la frontera entre Tanzania y Mozambique, para atacar algunas aldeas en Tanzania. Según la policía de Tanzania, más de 300 terroristas fuertemente armados que se cree estaban afiliados a ISCAP irrumpieron en la aldea de Kitaya, a orillas del río Ruvuma, donde destruyeron viviendas y mataron a más de 20 personas.
Fuentes de seguridad creen que el grupo terrorista tenía como objetivo reclutar a jóvenes en las regiones costeras, en particular Pwani, Tanga y Mtwara, cuyos habitantes albergan descontentos sociales, económicos y políticos contra las autoridades tanzanas. Los yihadistas utilizan el descontento de los jóvenes desempleados para difundir su propaganda y reclutar nuevos combatientes.
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