Addis Abeba - Los refugiados eritreos que viven en Tigray, la región norte de Etiopía, deben tener un estatus legal que los proteja. Así lo pide Abba Mussie Zerai, sacerdote de la Eparquía de Asmara, comprometido con la protección de los migrantes. “En Tigray - explica a la Agencia Fides - miles de eritreos deambulan a menudo muertos de hambre, expuestos a todas las formas de explotación y abuso. Esta situación está aumentando la desesperación al crear las condiciones para quienes trafican con seres humanos, el éxodo hacia Sudán y Libia está aumentando todo debido a las malas condiciones de acogida que encuentran hoy en Etiopía”.
Abba Mussie pide a la Unión Europea que “invierta recursos para dignificar la acogida de estos refugiados eritreos en Etiopía, garantizando el acceso al derecho de asilo, acceso al estudio, asistencia médica, trabajo”. “Ésta es la mejor manera - continúa - de ayudar y acoger a los refugiados cerca de su hogar. De lo contrario, el éxodo a Europa se incrementará con el triste recuento de muertos en el desierto y en el mar Mediterráneo”.
Según el sacerdote eritreo, se necesitaría una intervención diplomática para instar al gobierno etíope a proteger los derechos emitiendo un permiso de residencia a quienes viven fuera de los campos de refugiados. Dado que la nueva política es no acoger a civiles en los campos de refugiados, muchas mujeres y niños se encuentran sin protección, sin alojamiento en plena emergencia de coronavirus.
“En general - observa - el gobierno local y las comunidades de la población local son muy acogedores, solidarios y colaboran en un espíritu fraterno con los refugiados. Esto es de agradecer. La situación en el campo, sin embargo, es dramática”.
Muchos eritreos padecen enfermedades crónicas graves . Hay muchas personas que tienen problemas mentales. Muchos no tienen material para protegerse del Covid-19. “La situación más crítica - continúa el sacerdote - es la de los niños y las niñas. Muchos de ellos tienen que valerse por sí mismos. No tienen figuras que puedan ayudarlos. No van a la escuela, beben alcohol, fuman, muchas niñas quedan embarazadas”.
“Además del registro y reconocimiento de la condición de refugiados, que garantizaría a los refugiados, la seguridad - observa Abba Mussie - es necesario garantizarles materiales para protegerlos y asistencia médica y psicológica. Es necesario ayudar a los niños y niñas a crecer de acuerdo con principios sólidos. Hago un llamamiento a todas las instituciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y al gobierno etíope para que activen todas las herramientas útiles para aliviar el sufrimiento de estos refugiados tan vulnerables”.
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