Ciudad del Vaticano - Al final de la audiencia general el miércoles 27 de marzo, el Papa Francisco dirigió un saludo especial a una monja misionera de 85 años de edad que trabaja en Bangui. Francisco rindió así homenaje a través de ella a todos los misioneros y misioneras que, a pesar de no figurar en los titulares, consumen sus vidas al servicio del Evangelio.Estas son las palabras del Papa: “Queridos hermanos y hermanas, hoy tenemos la alegría de contar con una persona que deseo presentarles. Ella es Sor Maria Concetta Esu, de la Congregación de las Hijas de San Giuseppe di Genoni. ¿Y por qué hago esto? La Hermana Maria Concetta tiene 85 años y ha sido misionera en África durante casi 60 años, donde se desempeña como comadrona. Un aplauso. La conocí en Bangui cuando fui a inaugurar el Jubileo de la Misericordia. Allí me contó que en su vida ayudó a nacer a miles de niños. ¡Qué maravilla! Ese día había venido desde el Congo en canoa, a los 85, para hacer unas compras en Bangui. En estos días, está en Roma para reunirse con sus hermanas y hoy vino a la audiencia con su Superiora. ¡Así que pensé en aprovechar esta oportunidad para ofrecerle este reconocimiento y agradecerle su testimonio! Querida hermana, en mi nombre y en nombre de la Iglesia, le hago este homenaje. Es un signo de nuestro afecto y de nuestro agradecimiento por todo el trabajo que ha realizado entre las hermanas y hermanos africanos, al servicio de la vida, de los niños, las madres y las familias. Con este gesto dedicado a usted, también tengo la intención de expresar mi gratitud a todos los misioneros, sacerdotes, religiosos y laicos, que difundieron la semilla del Reino de Dios en todas las partes del mundo. Su trabajo, queridos misioneros, es grande. Han “consumido” sus vidas sembrando la palabra de Dios con su testimonio ... Y nunca es noticia. No son noticia en los periódicos. El cardenal Hummes, quien está a cargo del episcopado brasileño y de toda la Amazonía, a menudo visita las ciudades y pueblos de la Amazonía. Y cada vez que va allí va al cementerio y visita las tumbas de los misioneros. Tantas muertes de jóvenes por enfermedades contra las cuales no tienen anticuerpos. Me dijo: “Todos estos merecen ser canonizados”, porque “consumieron” la vida en el servicio.
Queridos hermanos y hermanas, la hermana Maria Concetta, después de este compromiso, regresará a África. Acompañémosla con la oración. Y que su ejemplo nos ayuda a todos a vivir el Evangelio donde estamos. ¡Gracias, hermana! El Señor la bendiga y Nuestra Señora la proteja”.
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