Puerto Plata – La preocupación por los muchos sufrimientos del pueblo haitiano y el arrepentimiento porque esta población continúa sufriendo, junto con el reconocimiento de que en la República Dominicana los haitianos han sido acogidos por la Iglesia católica "porque son hermanos que necesitan sentirse como en una familia": estos los sentimientos expresados por el cardenal Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, en su homilía el sábado 5 de enero en Puerto Plata, coronando las iniciativas que recordaron la primera misa celebrada en América hace 525 años, el 6 de enero de 1494 .
El Cardenal, Enviado Especial del Santo Padre Francisco, presidió la celebración en el templo de Las Américas, en Isabela, en la provincia de Puerto Plata, en la República Dominicana, junto con la Conferencia Episcopal Dominicana, en presencia del Presidente Danilo Medina, de la señora mayor, Cándida. Montilla, funcionarios del estado y miles de fieles.
La ceremonia religiosa comenzó con un discurso de bienvenida del obispo de la diócesis de Puerto Plata, Mons. Julio César Corniel Amaro, quien destacó la importancia histórica de este evento de fe, no solo para la República Dominicana, sino para todos en America latina. El cardenal Rosa Chávez saludó a los fieles en nombre del Santo Padre y los instó a mantener siempre viva la fe católica, "proclamarla valientemente y vivirla con amor", como lo indicó el mismo Santo Padre en la carta con la que lo nombró enviado especial para esta circunstancia. La celebración también cerró el Año de la Eucaristía 2018.
Después de la celebración eucarística, el Cardenal realizó una breve conferencia de prensa con los medios de comunicación, durante la cual comentó sobre la difícil situación en Nicaragua, donde todavía no se busca el bien común de la población y la Iglesia Católica ha sido perseguida. La compleja situación en Venezuela invita a todos a orar, continuó, y a trabajar dentro del país para la comprensión y la tolerancia, a fin de lograr la verdadera paz. Respecto a las caravanas de los migrantes centroamericanos, dijo que estas personas son impulsadas por la pobreza y que necesitamos cambiar muchas cosas para que todos puedan ver respetados sus derechos, ahora negados, en su propio país. Finalmente, el cardenal Rosa Chávez pidió comprometerse a combatir la corrupción, quizás el mal más grande del continente: "es un cáncer que destruye a todos", concluyó.
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