Zamboanga - "Los motivos de los recientes atentados terroristas son variados. Es una mezcla de problemas políticos y de incomprensión de la religión por parte de algunos grupos, en particular por el ataque a Jolo, donde se conocían las amenazas a la Iglesia", son las declaraciones concedidas a la Agencia Fides por Sebastiano D'Ambra, misionero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras , con 30 años en Zamboanga, en el sur de Filipinas, donde se registró un nuevo ataque en la mezquita Talon-Talon, que mató a dos líderes religiosos musulmanes e hirió al menos a cinco personas.
El misionero, fundador del movimiento islámico-cristiano "Silsilah", señaló: "Joló, en el pasado, era un lugar pacífico y la relación entre musulmanes y cristianos era buena, pero en tiempos más recientes ha empeorado. No nos sorprende lo que ocurrió en Jolo, porque hace mucho tiempo un grupo extremista se quejaba de la presencia de una iglesia católica construida en el centro de la ciudad, compuesta por una población de gran mayoría musulmana".
"La ciudad de Zamboanga ha estado en paz durante los últimos cinco años, aunque a veces ha habido alertas. El ataque a la mezquita fue una sorpresa si se tiene en cuenta que en la ciudad se están realizando muchos esfuerzos para mejorar las relaciones entre musulmanes y cristianos", agregó D’Ambra, actual Secretario Ejecutivo de la Comisión para el Diálogo Interreligioso, quien, durante su visita a la mezquita bombardeada, dijo: "¿Por qué estas muertes? ¿Por qué este ataque? ¿Quién está detrás de esto? Aunque no sepamos cómo responder a las numerosas preguntas, debemos seguir promoviendo el diálogo y la paz".
El Secretario aprovechó para destacar que "del 1 al 7 de febrero se celebra en el mundo la 'Semana mundial de la armonía interreligiosa', con el tema ‘Celebrar la verdad, la sinceridad y el perdón’, valores que debemos seguir, para alimentar la esperanza", señaló.
La Semana, recordó, "se celebra cada año en Mindanao para decirle al mundo que aquí, en Mindanao, muchos creen en la paz y una gran parte de los musulmanes y cristianos están comprometidos a superar el miedo y la etapa de prejuicio acumulado a lo largo de los años, y apoyar soluciones de seguridad y reconciliación".
P. D'Ambra hizo también un llamado a los líderes religiosos y políticos "para que estén unidos, superando las divisiones o intereses que dividen a muchos de ellos, para que encuentren un camino de comprensión mutua y lleguen a aquellos grupos que utilizan la violencia, justificándola por motivos religiosos. Cristianos y musulmanes condenan lo ocurrido en Jolo y Zamboanga. Invito a todos a hacer su parte y a trabajar juntos por el bien común de la nación".
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