Budapest - Después del conflicto que ha desgarrado Siria durante más de 7 años, el componente cristiano de la población siria probablemente ha caído a alrededor del 2 por ciento. Y la presencia cristiana en Oriente Medio corre el riesgo de extinción, no tanto por la destrucción de las iglesias, sino porque los hombres emigran al extranjero, mientras que las familias con un cónyuge cristiano y un musulmán seguirán la religión y la tradición islámica. Así es como el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, resumió el momento crítico que viven las comunidades cristianas presentes en Siria desde la época de la primera predicación apostólica. Así lo refirió en el blog de la Embajada húngara ante la Santa Sede, tras su reciente visita a Hungría.
Las consideraciones sobre la situación actual de las comunidades cristianas en Siria fueron expuestas por el cardenal Zenari durante una conferencia organizada en la sala principal de la Universidad Católica Péter Pázmány en Budapest, en colaboración con el Secretariado de Ayuda a los Cristianos Perseguidos y el programa Hungary Helps del Gobierno húngaro. A propósito del éxodo de cristianos, el cardenal informó que después de la Segunda Guerra Mundial seguían representando el 25% de la población siria, un porcentaje que había caído al 6% antes del conflicto. Entre las causas de esta disminución, el nuncio también mencionó el bajo índice de desnaturalización de las familias cristianas.
Tristan Azbej, secretario de Estado para la Ayuda a los Cristianos Perseguidos, y Balázs Orbán, secretario de Estado para la Presidencia del Consejo Húngaro, también participaron en el evento organizado en la Universidad de Budapest. En su discurso, Azbej dijo que "hay varias respuestas en el mundo al gran desafío de nuestro tiempo: la crisis económica, humanitaria y migratoria; y creemos que las soluciones elegidas por los gobiernos occidentales no son satisfactorias. Ellos han decidido apoyar la migración, invitando a la gente a abandonar su patria, mientras que Hungría sostiene, por el contrario, que lo mejor para cada persona es poder permanecer en su patria".
La visita del Cardenal Zenari a Hungría fue motivada principalmente por el lanzamiento oficial del programa de apoyo del gobierno húngaro al Programa "Hospitales Abiertos", para financiar la atención médica de unos 4.500 pacientes en centros de salud sirios a lo largo de un año. El 22 de enero, el propio primer ministro húngaro, Viktor Orbán, entregó al cardenal Mario Zenari el documento oficial relativo a la contribución húngara de un millón y medio de euros al Programa "Hospitales Abiertos", gestionado por la Fundación AVSI.
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