Calavi - El cuidado y la recuperación de los enfermos mentales, que en África son marginados y expulsados de sus familias porque se consideran portadores de los espíritus del mal: esta es la preocupación de la Asociación Saint Camille, fundada por Gregoire Ahongbonon, nacido en Benín pero obligado a emigrar a Bouaké, Costa de Marfil.
"El número de pacientes curados o recuperados es considerable, sobre todo si tenemos en cuenta que los pacientes no son hospitalizados como en nuestros pabellones psiquiátricos", dice el Dr. Francesco Andaloro, dentista italiano, que recientemente fue a Benín para el proyecto "Una sonrisa para África", que proporciona atención a los más pobres. El médico, que trabaja junto con los religiosos de la Sociedad para las Misiones Africanas, SMA, le dijo a Fides: "Bajo supervisión médica y farmacológica, estas personas viven como en un pequeño pueblo, hacen muchas actividades de recuperación todas juntas. Muchos de ellos son reintegrados a sus familias de origen. En 2017, en los centros de Benín se registraron 3.771 nuevos casos, más de 68.000 consultas y 4.430 pacientes hospitalizados. De ellos, 97% se reintegró en la familia y 1% en centros de rehabilitación. Lo que llama la atención es que todas las personas que trabajan en los distintos centros son antiguos pacientes que han decidido quedarse para ayudar a otras personas".
"Fue una experiencia completamente nueva, no fácil, pero con entusiasmo también superamos las dificultades. Nuestra misión nos permitió tratar a todos los enfermos mentales, que también necesitan atención dental, con la conciencia de que ellos no eligieron estar en esas condiciones y que a pesar de todo son hermanos y niños amados por el Señor", dice Andaloro.
Además de los servicios dentales, "lo que queda en nuestros corazones es la certeza de que el camino emprendido con el proyecto 'Una sonrisa para África' se está realizando y a medida que avanzamos añadimos pequeñas piezas para mejorar cada vez más". "Un día, acompañados por el padre Filippo Drogo, SMA, fuimos a la casa-familia de las hermanas en Ouidah, la antigua capital colonial de Benin. Aquí viven una treintena de niños, de entre 3 meses y 14 años, abandonados por sus padres o huérfanos. Durante el día que pasamos con ellos visitamos y cuidamos a todos los niños, y también al personal del centro”, relató Andaloro.
"El objetivo del proyecto no es crear un departamento dental, sino estructuras rápidas y móviles capaces de tratar a los ‘más pobres de los pobres’ que viven en las zonas de intervención de las misiones del SMA, organizar campañas de salud dental y prevención".
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