Almaty - “Siempre que pienso en los católicos kazajos, me sorprende la grandeza de su fe. No tienen tradiciones antiguas ni raíces católicas, pero veo una profunda devoción hacia la Iglesia, al Papa, a la Eucaristía, al Rosario, a cada aspecto de nuestra fe. Esto es emocionante”. Así lo explica Mons. Josè Louis Mumbiela Serra, obispo de la diócesis de la Santísima Trinidad de Almaty, en una conversación con Agencia Fides, en vista de la Jornada Mundial de las Misiones .
El obispo continua diciendo: “Hay fieles que caminan todos los días varios kilómetros para participar en la celebración eucarística. Se vive un gran entusiasmo y esto nos hace bien también a nosotros como pastores, porque no nos sentimos solos”.
“En Kazajstán - añade-, nosotros los católicos representamos un porcentaje muy bajo, menos del 1%. Haciendo referencia a una metáfora evangélica, diría que los católicos kazajos son como un grano de sal: invisible en la comida, pero capaz de cambiar su sabor”. Y agrega: “Siempre les digo a nuestros fieles que la riqueza de Kazajstán no es el petróleo, no es el gas o la energía: el progreso de Kazajstán depende de lo que llegue a ser esta comunidad cristiana. Somos pocos, pero debemos ser conscientes de la importancia de nuestra presencia”.
Según Mon. Mumbiela, “esta es la belleza de ser pequeños: somos pocos, no tenemos grandes programas pastorales, hacemos lo que podemos y lo que nos brinda la Providencia. Evidentemente, en los planes de Dios en este momento está previsto que la Iglesia esté presente en Kazajstán, pero que crezca poco a poco”.
Según los datos oficiales proporcionados por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Kazajstán, de los más de 17 millones de habitantes del país, alrededor del 26% son cristianos, y el 1% de ellos son católicos. En Kazajstán hay 4 diócesis católicas, con un total de 70 parroquias. Los sacerdotes presentes en la nación son 91, de los cuales 61 diocesanos y 30 religiosos.
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