San Pedro Sula – Han ya recorrido unos 300 km, desde Tegucigalpa a Zacapa : hay unos tres mil hondureños que a medida que continúan su viaje a los Estados Unidos reciben a otros hermanos de América Central que huyen de la pobreza, la violencia y la corrupción. . Pasaron la noche acogidos por un grupo de médicos y enfermeras de Guatemala, que siguieron la ruta de la caravana a través de las redes sociales y luego salieron a apoyarlos y ayudarlos.
La nota enviada a la Agencia Fides por el CELAM dice: "Al igual que los antiguos israelitas, el pueblo hondureño está caminando en su éxodo, huyendo de la esclavitud política y económica impuesta por la corrupción y el deterioro de los sistemas gubernamentales. Hay muchas migraciones forzadas y en América Latina. Estas migraciones están marcando la historia actual".
Hay aproximadamente 3,000 "que han completado tres días de caminata este 15 de octubre. Son miles de kilómetros que tendrán que recorrer a pie, son principalmente campesinos, hombres, mujeres y niños, incluso personas discapacitadas en sillas de ruedas, afectadas por la pobreza, la violencia y la corrupción, son migrantes que conmueven el corazón del mundo ".
Varios medios digitales y redes sociales de Honduras y Guatemala han transmitido parte del viaje de la caravana en vivo. Las imágenes muestran una multitud creciente, una marea humana nunca vista antes, a medida que avanza el viaje se agregan otros.
La nota enviada a la Agencia Fides subraya que los migrantes son personas pacíficas, que buscan llegar a los Estados Unidos, pasando por México, desde la frontera de Guatemala a los Estados Unidos, cubriendo unos tres mil kilómetros. La Iglesia Católica y las organizaciones humanitarias les dieron la bienvenida a Esquipulas , ofreciendo hospitalidad y comida. Filas de guatemaltecos al lado del camino los saludan y los bendicen a medida que pasan. Esquipulas es la ciudad cercana a la frontera con Honduras y Salvador, donde nacieron los diálogos que dieron origen a los procesos de negociación de paz en América Central, especialmente en Guatemala.
La caravana partió de San Pedro Sula, a 180 kilómetros de la capital de Honduras, Tegucigalpa, auto convocada, para escapar de la pobreza, la violencia y la corrupción que existe en el país.
Cantando el himno nacional de Honduras, rezando y, a veces, cantando consignas como "Sí, si puedes" y "Honduras te amamos", los migrantes no pararon a pesar de que las autoridades guatemaltecas habían anunciado que no permitirían su entrada en el país. "Tenemos el derecho", dijeron, "no somos delincuentes, somos migrantes".
En las redes sociales sorprende mucho que lo primero que piden cuando pasan son oraciones por ellos y por los miembros de sus familias. La amenaza de las autoridades estadounidenses de recortar la ayuda a Honduras ahora es bien conocida si esta marcha continúa.
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