Manado - “He venido para consolar y animar a la población que está sufriendo”: así lo ha dicho el obispo de Manado, Mons. Benedictus Estephanus Rolly Untu, de los Misioneros del Sagrado Corazón, a los desplazados temporalmente en la iglesia parroquial de Santa Maria del Sagrado Corazón, en el centro de Palu, la ciudad golpeada por el terremoto que el 28 de septiembre devastó la isla indonesia de Sulawesi, al Este del archipiélago indonesio.Según la información de la Agencia Fides, cientos de fieles católicos en Palu han recibido consuelo de la reciente visita del obispo, que también ha viajado a la zona más remota de Kulawi, a unos 87 kilómetros de Palu, zona de difícil acceso por los daños en las carreteras y las avalanchas.
El obispo, explicando su misión humanitaria a la Agencia Fides ha dicho: “La iglesia local está organizando todas las ayudas humanitarias que puede en favor de las personas desplazadas en Sidera y Jonoogo, en el distrito de Sigi” entregando tiendas de campaña y kits de supervivencia. La zona de Jonoogo ha sufrido daños muy graves debido a la “licuefacción del suelo” que se ha producido poco después del terremoto. “Las carreteras están destruidas por completo, las casas se las ha tragado la tierra literalmente, de los arrozales no queda nada”, dice el obispo describiendo la situación trágica con la que se ha encontrado
El obispo también irá a Petobo, donde unas 700 casas han quedado inundado de fango. La última etapa de la misión será en el complejo de viviendas de Talise Beach, donde “un tsunami de 5 metros de altura golpeó esta área tan poblada”, señala.
Palu y Sigi se encuentran en la región central de Sulawesi, pero estas localidades pertenecen a la diócesis de Manado . El obispo, al llevar el consuelo de todos los fieles a los desplazados, ha elogiado a los sacerdotes de Palu por haber creado rápidamente un “Centro de crisis” y un comedor en las estructuras de las iglesias parroquiales.
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