Panamá – "Los Obispos de la Iglesia Católica en Panamá nos hemos reunido en la segunda Asamblea Ordinaria Anual, entre el 29 de junio y el 3 de julio de 2015, para analizar, reflexionar e iluminar la realidad eclesial y social del país”: Así inicia el texto de clausura de la Asamblea, recibido en la Agencia Fides por una fuente local, que desarrolla en 4 puntos los temas principales que se han abordado. Publicamos a continuación algunos pasajes significativos de casa punto:
1. Encuentro Mundial y Sínodo de la Familia. “Tenemos la obligación de salir en la defensa de la institución de la Familia y del Matrimonio, célula fundamental de la sociedad. Esta defensa es responsabilidad de todos, en especial de los que ejercen el poder público, así como las organizaciones de la sociedad civil, que incluye a los miembros de la Iglesia católica y a todas las confesiones religiosas, de todas las personas de buena voluntad y a los responsables de los medios de comunicación social”.
2. Año de la Misericordia y reconciliación nacional . "Este año de gracia deberá servirnos para construir un Panamá por los caminos del perdón y de la reconciliación entre todos. Sabemos que no se puede construir la paz sin la verdad y la justicia, por eso las personas y los pueblos no pueden vivir en el engaño, ni en la mentira ".
3. Nueva Encíclica del Papa Francisco. “En este suelo panameño estamos viviendo el impacto del cambio climático, a causa de la crisis ecológica por la devastación de manglares, bosques, la utilización de productos altamente perjudiciales en la agricultura, el agotamiento de las fuentes hídricas, entre tantos otros. . Nos hacemos eco al llamado del Papa sobre 'El desafío urgente de proteger nuestra casa común’”.
4. Corrupción, justicia. “Los casos de corrupción que se han hecho públicos, derivados de la codicia y la avaricia humana, han provocado alarma social y despiertan gran preocupación en muchos sectores. Estos casos han alterado el normal desarrollo de la actividad económica en nuestro país hasta el punto que han sembrado la desconfianza social y las instituciones del gobierno se han visto seriamente afectados.
Sin embargo, el país no se debe paralizar ante estos hechos, los procesos deben seguir sus cursos, las instituciones de justicia deben hacer su trabajo para recuperar la confianza perdida.
Debemos continuar insistiendo en trabajar en la formación de las conciencias y formación de líderes, sobre la cultura de la honestidad y la transparencia, de lo ético y lo legal, que ayuden al bien común, buscando los medios necesarios para denunciar y combatir todas las formas de corrupción”.
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