Hassaké – En la ciudad siria de Hassaké, donde la contra-ofensiva de las fuerzas kurdas y del ejercito sirio ha puesto bajo asedio los barrios periféricos que aún están ocupados por las milicias yihadistas del Estado Islámico que atacaron el centro a finales de junio, la emergencia sanitaria y alimentaria que afecta a la población civil han llevado al Arzobispo siro católico Jacques Behnan Hindo a asumir también algunos cargos de carácter público.
“Soy responsable de la limpieza, de la emergencia por la basura, de las disinfecciones y de todos los servicios que tienen que ver con la salud pública” explica a la Agencia Fides Mons. Hindo. “El conflicto – añade el Arzobispo - expone aún más a la población a los peligros de las epidemias. Y todo se hace más difícil con el calo del verano. Me he hecho cargo de estas necesidades porque he visto que nadie lo hacia, y coordino a un equipo de 130 operadores – de los cuales casi ciento son musulmanes - que trabajan en los barrios habitados por 400.000 personas, sin pedir ningún compenso para mi. La gente dice: 'el obispo se ha convertido en casi el alcalde de la ciudad'. Necesitaríamos camiones de recogida de residuos. Pero no sabemos exactamente dónde encontrarlos”.
La narración del Arzobispo siro católico de Hassaké-Nisibi muestra una visión elocuente de los problemas a los que se enfrenta la población siria, atrapada entre la violencia de los conflictos y la urgencia de abordar las necesidades diarias que casi siempre asumen un carácter de emergencia.
Con respecto a la evolución del conflicto, Mons. Hindo rechaza las interpretaciones que circulan en Occidente, que ven en la guerra civil siria un reflejo del conflicto entre chiítas y sunitas: “El Estado Islámico – dice a Fides el arzobispo - es hijo de la ideología wahabí y del dinero de Arabia Saudita, que quiere meter sus manos en todo. La mayoría de los sunitas no tienen nada que ver con los del Daesh. Su movimiento de masas, en nuestro país, se compone de tribus que hasta hace algún tiempo no conocían ni una sola Sura del Corán. Familias con muchos niños que ahora se alistan en las filas de Daesh y así, en pocas semanas, ganan mucho más dinero del que han visto en toda su vida. Son gente acostumbrada a ponerse de la parte de quienes les pagan y con aquellos en el poder. Si finalmente prevalecerá el ejército de Assad estarán listos para gritar de nuevo 'viva Bashar'”.
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