Madrid - El tráfico ilícito de personas mueve entre 7000 y 10.000 millones de dólares; hasta 2 millones de niños están sujetos a la prostitución en el comercio sexual mundial; 20,9 millones de personas son víctimas de trabajo forzoso de las cuales el 55% son mujeres y niñas. Estos son algunos datos del informe del Servicio Jesuita a Migrantes, SJM de España, elaborado por el Instituto Universitario de Migraciones de Comillas sobre esta problemática, en vista de la Jornada Mundial contra la Trata que se celebra el 30 de julio.
El tráfico ilícito de personas es “el comercio que está experimento un crecimiento más rápido, convirtiéndose en un floreciente negocio que no deja de crecer dentro de la nueva economía global”, señala el informe del SJM, enviado a la Agencia Fides. Según la Onu, el “comercio de seres humanos” afecta al menos a 4 millones de personas cada año, por un valor económico de entre 7000 y 10.000 millones de dólares. Aunque la forma de trata detectada con más frecuencia es la explotación sexual , existen otras dos formas de explotación de personas: la que tiene como fin la explotación laboral y la trata para el tráfico de órganos.
la Organización Internacional de las Migraciones cifra en 500.000 el número de mujeres que entran todos los años en Europa Occidental para ser explotadas sexualmente, muchas veces con falsas promesas de empleo en un país rico, ya que la mayoría proceden de países en subdesarrollo.
La segunda forma de explotación de personas detectada con más frecuencia es la trata con fines de explotación laboral. Según la organización Mundial del Trabajo el dato global de personas víctimas de trabajo forzoso alcanza la cifra de 20,9 millones de personas. Esta explotación se materializa en sectores como la construcción, la agricultura, el sector textil, el servicio doméstico, las empresas de transporte y la mendicidad. Esta trata no es una simple violación de los derechos de los trabajadores, sino que sus víctimas están sometidas a unas condiciones de trabajo inhumanas: horarios abusivos, bajísimos salarios o inexistentes, trabajo en lugares que no cumplen las mínimas medidas de higiene ni de seguridad, situaciones de servidumbre por deudas…Estos casos denunciados siguen siendo pocos; la explotación sexual de mujeres sigue siendo objeto de denuncias más frecuente, y por ello es el tipo de trata más documentado en las estadísticas globales.
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